+18 | Cuando su padre murió Abraham sabía que vendrían muchos problemas, sin embargo, no se imaginaba que uno de ellos tenía seis años y su mismo apellido. Cuando la madre de esa niña-su hermana- también termine abandonándola él no tiene corazón par...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—Y tiene una piscina.
—¿Una piscina? —cuestiono con un jadeo y Lindsay asiente.
—En el patio trasero hay una, está vacía por el momento —murmura Abraham desde su lugar mientras yo observo a Lindsay quien se encuentra sentada en el suelo de la sala frente a mí.
—¿Qué más tiene? —Ella parece pensarlo y yo espero.
—Tiene un sótano.
—Ya no es divertido, eso es espeluznante —comento frunciendo la nariz.
—Sí —Asiente efusivamente con un estremecimiento—. Pero ¿podemos pintarlo de rosa?
—¿Para qué querrías un sótano rosa, Lindsay? —Ambas miramos a Abraham ante la pregunta.
—Para que deje de ser espenul... espezul... —Su ceño se frunce cuando no puede completar la palabra y yo sonrío.
—Espeluznante —murmuro lentamente y ella la repite en un susurro antes de decirla.
—¿Podemos pintarlo, Bram?
—Ya veremos, el color no le va a quitar el hecho de que está bajo la casa. Todavía será un sótano, aunque lo pintes de rosa —responde sin alzar la vista de su laptop en la mesa de comedor.
—No seas aguafiestas, dragón —Miro a Lindsay que todavía tiene las cejas fruncidas, pero sus labios forman una media sonrisa divertida como cada vez que llamo a su hermano de esa forma—. Lo pintaremos más adelante, seguro podemos hacer algo más para deje de dar miedo.
—Ven a ver —invita Lindsay mientras se pone de pie rápidamente y me hace un gesto para que la siga, camino por el pasillo siguiendo sus pequeños pasos sobre puntillas hasta llegar a la segunda puerta a la derecha y la abre—. Bram dijo que esta es mi habitación.
—¿Sí? ¿Y te gusta? —La miro al tiempo que junta sus manos en su espalda mientras observa alrededor, la habitación es amplia, definitivamente neutra en colores, la decoración es genérica.
Una cama en el centro de la habitación con sábanas blancas, alfombra del mismo color, cortinas grises que no dejarían entrar la luz del sol en las mañanas y un armario con puertas corredizas de espejo. Dos mesillas auxiliares y un pequeño sofá, además de un escritorio no muy amplio.
Su mochila y un bolso grande ya están sobre la cama, me impresiona un poco no ver más pertenencias de ella.
—Es grande —Se maravilla Lindsay balanceándose sobre sus pies.
—¿Qué tal los colores? ¿Te gustan? Si no lo hacen podemos ir mañana al centro comercial para comprarte algunas decoraciones.
—¿Cuáles?
—Sábanas de tu color favorito, alfombra, cortinas, almohadas, cuadros, estarás aquí por mucho tiempo, tiene que gustarte el lugar.