°AMOR SANGRIENTO° 『ᴛˢᵘᴋᴀˢ卂 ʸ ᵗㄩ』

T3 Cap.42🌹

Problemas.
========================
No te quedes sentado y actúa, puede ser la última vez que lo hagas.
========================
Ensueño P2

Estábamos de camino a la antigua hacienda, el coche era callado.
Al frente de el auto iba Osamu-san y el abuelo, atrás Ryota y yo. El silencio inundaba completamente el auto, era tan incómodo.

Mi abuelo quería estar de nuevo en su querida hacienda, dónde vió crecer a sus hijos y a su querida nieto Yamamoto Ryota.
En fin, tenía que vestirme para la ocasión así qué Osamu-san organizo todo, tenía puesto un Yukata un poco incómodo, pero me hacía recordar tanto al qué use en mi cita con Tsukasa qué se volvía divertido tenerlo, mientras qué Ryota tenía puesto una Hakama.

Todo para el abuelo, quién igualmente tenía ropa adecuada a lo qué haríamos.
Cada quien tenía su propia "arma" yo tenía mis tijeras y mis sellos, mientras qué Ryota su katana en empuñadura, por ahora, estaban en el maletero de el auto.

Se supone qué el día de hoy Ryota y yo nos encargaremos de los espectros en la hacienda y de recolocar la barrera contra espectros para proteger la hacienda, la misma qué tiene mi casita.

Por una parte tenía la confianza de qué eso era sencillo, pero por otra tenía una total desconfianza en mi aguante a las auras de los espectros, aunque no sabía exactamente cuál sería la diferencia, podría aguantarlo, aguantaría más qué éso.
La hacienda, es de el gran tamaño de mi casa o mejor dicho mansión tal vez incluso el doble, si no fuera por el gran bosque qué se encarga de tenerla escondida, estaba compuesta por dos partes, la parte principal y el taller, dónde antes mi clan hacía las armas qué por ejemplo, ahora los Minamoto usan o nosotros usamos, más lejos se encuentra un viñedo abandonado desde hace años.
Todo tenía colores bastante aburridos, beige con un color marrón casi indistinto al negro o un azul muy oscuro.
Aunque realmente no la recuerdo del todo, tal vez porque evito pensar en ella.

Rato después...

-Llegamos.- hablo Osamu-san. Quién rápidamente bajo del auto, abrió la puerta para el abuelo y lo ayudo a bajar, después siguió a ayudarnos a Ryota y a mí.

Ahora qué lo pienso Osamu-san siempre tuvo mucho trabajo para el solo.
Era el mayordomo personal de el Clan Yamamoto, encargándose de supervisar qué todo estuviera bien, recuerdo qué antes estaban los cocineros, lavanderos, jardineros, personal de limpieza, había un personal muy variado para las necesidades de el Clan y todo era supervisado por Osamu-san, ¿Una mancha en la ropa? El se encargaba de qué estuviera todo impecable, ¿La repisa está sucia? El se encargaba personalmente, ¿Los niños de la mansión necesitaban un cambio de ropa? El se encargaría de vestir y peinar a los niños.

-Todo me trae tantos recuerdos...- Hablo el abuelo mientras pasábamos por el descuidado sendero qué alguna ves debió de haber estado ahí.

Un poco más de caminata y me tope con un sendero extra en el camino principal, a la distancia había un pequeño templo, lo recordaba bien y a la bella Kitsuné qué alguna vez fue mi amiga. Incluso yo podía comprender a el abuelo.

-Dios, Osamu, ¿Pudiste haber hecho mejor trabajo?.

Habíamos llegado a la hacienda, por Dios...¿Esto de verdad había estado abandonado? Se supone que habíamos despedido a Osamu-san.
La hacienda parecía totalmente reluciente. Entramos a el jardín, lo miré con asombro, esa arena fina seguía limpia y con sus trazos circulares, los arbustos y flores totalmente cuidadas, mientras qué la pequeña cascada qué había en el jardín era funcional, el sonido del agua goteando era reconfortante.
La pequeña caseta frente a la entrada seguía teniendo una mesa y almohadas para poder pasar el rato en el jardín.