Nunca en su vida lamentó haber alimentado su lado más oscuro. La lujuria que habitaba en él no conocía límites. Maestros, maestras casadas, entrenadores, madres de compañeros, compañeros, un policía y más. Sin lugar a dudas, había probado de todo y todo le había resultado delicioso. Cada experiencia nueva era una fuente inagotable de placer. Apenas podía recordar con cuántas personas compartió su cama.
Siempre tomaba lo que deseaba; no necesitaba forzar nada, todos se rendían a sus pies. Nunca se había sentido culpable por ello. Lo veía como una parte inherente de la naturaleza humana. Los seres humanos eran criaturas que anhelaban el contacto y la compañía. El sexo era una necesidad básica, al menos así lo percibía él.
Sin embargo, Cha Wookyung nunca había imaginado que llegaría el día en el que se arrepentiría.
Todo comenzó cuando ingresó a la universidad.
Siempre fue un chico popular donde pusiera el pie. Chicas pidiendo su número, enroscando sus cabellos en un dedo, la mirada felina y sensual. Chicos con miradas disimuladas y presionando sus manos en partes privadas con vergüenza.
Entonces conoció a esta chica, Doona. Una belleza total con un cuerpo de infarto y una personalidad fuerte y decidida.
"Doona, esto claramente es una obra maestra." sostuvo su lector electrónico mientras sorbía su taza de café. "Creo que está listo."
"¿Enserio?" contestó Doona emocionada a través de su teléfono en altavoz. "Entonces lo enviaré. Los demás también dijeron que estaba listo." Suspiró.
"Sip, eres una genio."
El concurso de literatura a nivel nacional fue algo que mantuvo a Doona ocupada desde el primer día que se conocieron, donde ella lo invitó a ser parte del club de literatura y él aceptó para estar más cerca de la chica, y porque también le gustaba leer de vez en cuando, claro.
"Qué te parece si salimos y tomamos algo ya que terminaste todo. Yo invito." ofreció.
Esta era su oportunidad.
"No lo sé." dudó. Y sabía la razón.
Si había algo mal con Doona era tal vez su relación con su novio.
El tipo era un miembro del club que aún no regresaba de un viaje o algo por el estilo, y no sabia mas porque no le interesaba. Aparentemente lo de ellos era un secreto del que se enteró por accidente cuando Doona fue al baño y dejó su teléfono a su lado. 'Tardaré más de lo planeado', '¿Por qué no contestas?', fueron mensajes simples y normales hasta que vio cómo cada uno de ellos, del mismo remitente, hacían que Doona entrara en un estado pensativo y casi depresivo.
"Bien, pero sabes que te lo pierdes." dijo, aligerando el ambiente. "Si cambias de opinión, llámame."
Fue asombroso para él descubrir a personas que dependían tanto emocionalmente de otras.
Quizás era un tanto hipócrita de su parte expresar eso, considerando que una sola mirada de su madre tenía el poder de cambiar su estado de ánimo. Aunque existía una diferencia; al final del día, le importaban poco los reproches de su madre, ya que la solución siempre era hacer lo que ella deseaba. Todo entre ellos marchaba bien: cumplía como hijo, y ella no se preocupaba ni se enteraba de sus pequeñas travesuras. Era una vida en equilibrio.
Volvió a revisar su tableta y leyó algunas partes marcadas de la novela de Doona. Sin duda, le gustaba, pero no era alguien a quien se le pudiera pedir comentarios de alto nivel, ya que solía leer novelas más ligeras y comerciales. Su novela favorita era Amor trágico; eso decía suficiente.
Al recostarse en su suave cama y cerrar los ojos, su celular vibró.
"Vamos por esa copa." dijo Doona apenas contestó.
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Infieles
FanfictionCha Wookyung, alfa dominante, llega a la universidad y conoce a Doona, una hermosa alfa que sufre por una relación con un hombre que no la valora. Siguiendo su estilo de vida desenfrenado, Wookyung decide involucrarse como tercero en esa relación...