Cha Wookyung bajó de su auto y respiró el refrescante aire de Corea después de siete años.
Sentirse de regreso en casa era reconfortante, aunque no había sido parte de sus planes inmediatos volver. Sin embargo, él era un hombre que se adaptaba muy bien a cualquier situación. Había vivido solo en un país extranjero, rodeado de tentaciones, tentaciones en forma de hombres, mujeres, drogas y más, y aun así había logrado alcanzar el éxito sin ayuda de su familia.
Estar en la cima de la jerarquía social además de ser un alfa dominante se sentía tan bien.
Tenía control, tenía poder, tenía lo que quería.
Pero durante todo ese tiempo, aunque trató de restarle importancia y borrar de su memoria, no pudo, no pudo olvidar que a quien no pudo agarrar, tomar y destruir completamente fue a una sola persona.
Byun Minho.
Pero ahora estaba cerca, tan cerca. Sería divertido jugar una nueva partida, sin que el omega supiera, porque no era necesario. Un omega no tenía ni voz ni voto. Solo era un agujero y le recordaría eso. Le haría arrepentirse por haberlo dejado sin un maldito adiós. Aunque nunca fue necesario despedirse, porque ese omega siempre fue suyo para hacer lo que quisiera.
Caminó hacia las grandes puertas de Whale Books, la editorial que había estado dirigiendo desde Estados Unidos y que visitaría por primera vez desde que la creó. Sobraba decir que solo era una fachada de las muchas que había creado para realizar lavado de activos, del cual venían los verdaderos ingresos y siendo fuente de su riqueza. Claro que no había llegado a donde estaba solo sabiendo números y cómo comercializar la dr-... distintas cosas, sino también con tratos con diferentes personalidades y entidades que uno creía ejemplos de ética y moralidad en la sociedad. Totalmente gracioso.
Cuando ingresó al lugar ya lo esperaban los colaboradores gracias a quienes había logrado posicionar la editorial como uno, sino el más, predilecto entre los coreanos. Valoraba la pasión que ponían en el trabajo, pero claro, eso atrajo atención extra, lo cual significaba más tratos aburridos.
"Bienvenido, Sr. Cha. Estamos ansiosos por comenzar a trabajar bajo su dirección directamente." Lo saludó Jae-hyun, quien había sido el editor en jefe hasta ahora.
Wookyung fue a su nueva oficina tras una pequeña reunión donde todos se mostraron ansiosos por conocer por fin a su jefe y mostrarse emocionados al saber que era un alfa dominante, y aún más sorprendidos al saber que era más joven de lo que pensaron.
Encendió su computadora y revisó los mensajes nuevos.
Como decía, ahora debía realizar más tratos, revisar documentos, responder correos y bla, bla, bla. Uno que había llamado su atención fue el de la universidad de Hanguk. El decano del departamento de literatura le había enviado un correo con una oferta muy atractiva. Un puesto en la universidad y una colaboración, y pensaba aceptarla. No porque sería una ganancia para él, sino porque según sus más recientes investigaciones, la fuente de sus deseos más sórdidos estaba ejerciendo allí.
Con una sonrisa retorciendo su rostro joven, Wookyung llamó al decano.
"Buenos días, Sr. Lee. Soy Cha Wookyung."
"¡Oh, Wookyung! Que bueno escucharte." Contestó el hombre emocionado. Siempre había sido un lame botas que amó tener bajo su ala a una ganadora del premio literario nacional y a un chico cuya familia se ahogaba en dinero. "Supongo que leíste el correo. Espero que tu respuesta sea positiva." Rió el idiota, creyendo que estaban en confianza por unos simples mensajes que se enviaron.
"Me interesa la oferta, aunque no cuento con tanta disponibilidad para más que medio tiempo, como ya sabe. Creo que es productivo para ambas partes. Después de todo, sé que en Hanguk hay muchos talentos."
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Infieles
FanfictionCha Wookyung, alfa dominante, llega a la universidad y conoce a Doona, una hermosa alfa que sufre por una relación con un hombre que no la valora. Siguiendo su estilo de vida desenfrenado, Wookyung decide involucrarse como tercero en esa relación...