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Una sensación de felicidad, tranquilidad y satisfacción envolvía su cuerpo, relajándolo por completo.

Un placer perezoso lo mecía entre la consciencia e inconsciencia de pies a cabeza. Su lado omega estaba satisfecho y contento con la piel ajena pegada a la suya, cálida y llena de feromonas dominantes. Minho meció sus caderas, adorando cómo la plenitud llenaba su cuerpo.

"Mmm..." gimió cuando un suave movimiento comenzó a mover sus caderas, pero al intentar aumentar la distancia entre cada balanceo, una sensación tirante y familiar en su entrada lo despertó junto a una gran humedad que se disparó dentro, mojándolo más de lo que ya se sentía estar. "¿Qué...?"

Cuando sus ojos vislumbraron de soslayo el rostro más joven y perfecto del hombre junto a su cuerpo, unido a él, Minho sintió la desesperación crepitar en su ser.

"Minho hyung, al fin despiertas." se burló Wookyung, posicionando a Minho de espaldas sobre él. Ambos en el pequeño sofá de la sala de maestros.

La pequeña lámpara iluminaba cálidamente el lugar, resguardándolos de la oscuridad que había llegado con el anochecer.

"Suéltame." jadeó Minho, sintiendo una mano deslizarse por su entrada llena del miembro anudado en su interior.

"No puedo y no quiero." dijo Wookyung, suavemente tanteando con sus dedos la delicada zona, extendida a su tamaño.

Su mano se deslizó hacia arriba, sobre el miembro de Minho, tocándolo con esa habilidad que tan loco lo había vuelto antes, provocando su despertar. La otra rodeó su pecho y comenzó a juguetear con un pezón hinchado y enrojecido.

"Detente, idiota." gimió Minho, no pudiendo evitar mover sus caderas en círculos pequeños. Ambas manos comenzaron a satisfacerlo con más rapidez, con más confianza, con más fuerza, y no pudo más. Perdió contra el placer que le brindaba el alfa. "Wookyung."

"Si... Minho hyung." jadeaba Cha, sintiendo las paredes carnosas palpitar con fuerza a su alrededor. Ya casi, pensó.

"Oh..." sollozó, con los ojos empañados, sintiendo su cuello ser besado y chupado. El placer era inmenso bajo ese calor y aroma a alfa tan conocido. Quería más. Lo ansiaba tanto que sus ojos lagrimeaban y sus piernas temblaban. Márcame. Más.

"Si, así, omega." susurró Cha, cada palabra acompañando el masaje placentero en el miembro del mayor.

Cuando, increíblemente, sintió a Wookyung llenar una vez más su interior, sin haber dejado el nudo bajar o haberlo embestido siquiera, Minho se corrió también, observando su propia esencia caer en su vientre inflamado antes de perder la consciencia, de nuevo.



Suaves besos lo sacaron del letargo.

Abrió los ojos solo para encontrarse con Wookyung besando perezosamente su cuello adolorido.

"¿Qué has hecho?" preguntó, despertando por completo. Se levantó de un salto y corrió al pequeño baño del salón.

Solo cuando se observó en el espejo pudo respirar con alivio. Aunque tenía las superficiales marcas de pertenencia que muchos omegas lucían al salir con alfas o alfas dominantes, estas no eran como las marcas reales y profundas que estos dejaban en aquellos omegas que decidían tomar como exclusivamente suyos. Esas marcas horribles eran como un anillo de matrimonio, o más bien como grilletes, ya que comprometían al omega a vivir únicamente para su pareja, mientras que el alfa aún tenía la libertad de ser infiel si así lo deseaba y no seria juzgado. Claro que no siempre era así, pero... La sociedad tenía mucho que mejorar.

Wookyung se acercó acomodando su ropa. Se veía satisfecho y relajado.

"¿Qué te parece si vamos a cenar?"

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