12

640 70 47
                                    


Advertencia: El capitulo contiene violencia, A.S, y otros.




Su bandeja de entrada estaba repleta de respuestas negativas. El rechazo constante formaba parte de su vida, pero la desesperación alcanzaba su punto máximo cuando la necesidad era más apremiante

Las cuentas por pagar no esperaban y conseguir trabajo era difícil. Solía preguntarse si haber estudiado y dedicado tantos años de su vida a su carrera no fueron suficientes para lograr el éxito laboral. ¿De qué servía sacrificar tanto si al final estaba en la misma, o peor, situación que otros en el país? La competencia era maquiavélica. Tanta gente allí fuera con talento innato, con habilidad casi mágica, con dedicación apasionada, como él, y aun así, no conseguían nada.

Absolutamente nada.

Días después de ser humillado y despedido, Minho se encontraba tomando su tercera taza de café instantáneo mientras revisaba el portal de empleo. Traductor a tiempo parcial. Redactor. Editor. Ninguno de los puestos parecía necesitarlo, y él necesitaba comer.

La pantalla de su teléfono vibró con una notificación.

El número de teléfono del idiota de Cha Wookyung estaba guardado en sus contactos. Habían intercambiado mensajes sobre las clases, al menos por su parte, y solo por eso el imbécil tenía su número. Como todo adulto maduro, el día anterior le había enviado un mensaje burlándose de su situación. Aún hoy enviaba ciertos mensajes cortos.

Cha Wookyung

Te daré dinero, solo

déjame cogerte, hyung.

.

Sabes que volverá a pasar

Dejo de leer.

No comprendía su actitud. Cha quería que aceptara ser su pareja sexual pero a la vez no hacía más que causarle temor y el deseo de alejarse ante la seguridad de sus mensajes y palabras que prometían poseerlo. Admitía que cierta tensión ansiosa ante el placer que conocía hacía que dudara, pero las experiencias que vivió junto y debido al otro hombre lo enderezaban cuando sentía que estaba a punto de ceder y aceptar su propuesta, recordando que nada podía volver a ser como antes, no podía perdonar, ni ser perdonado. Además, Cha Wookyung nunca fue lo que pensó o como pensó que era. No era solo lo que demostraba, un tipo despreocupado y mujeriego, con dinero y cerebro, sino un hombre cruel y agresivo, que jugaba con las personas con una sonrisa coqueta en el rostro perfecto. Pero no debía ser sorpresa para nadie.

Los alfas dominantes solían tener una actitud soberbia por haber ganado la lotería genética, y era aún peor su altivez cuando sumado a eso tenían dinero de sobra. Ni que decir de Cha Wookyung, quien además era atractivo. Tal vez más allá de los estándares. Era casi natural que creciera con el ego por los cielos.

Minho, aunque omega, fue así en algún momento. Egocéntrico, hiriente con las palabras, mal intencionado... pero suponía que vivir lo que vivió disminuyó toda veta egocéntrica en su cuerpo y lo sustituyó por tristeza, o soledad.

Ahora no quedaba nada de su yo pasado. Solo él y su soledad.










Si había algo que no le gustaba en absoluto a Cha Wookyung, era el rechazo. Y Byun Minho lo estaba rechazando, por varios días hasta ese momento.

InfielesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora