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El canto alegre y matutino de los pajaritos jugando en las ramas de los árboles interrumpió a la mujer que dormía placidamente en su sommier

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El canto alegre y matutino de los pajaritos jugando en las ramas de los árboles interrumpió a la mujer que dormía placidamente en su sommier. Somnolienta y de costado, fue tratando perezosamente de subir los párpados.

Qué bien había dormido, como si las nubes le hubieran servido de colchón. Se sentía exhausta, sí, pero mucho más liviana de lo que alguna vez se había sentido, como si de golpe se hubiera quitado años y años de estrés acumulado de encima.

Un fuerte brazo femenino la rodeaba por arriba de la cintura desde atrás y en un movimiento lento fue apegándola más a su dueña. Mina no quería despertar y sujetó la mano sobre su vientre ensanchando más la sonrisa en su sonrojada cara. Disfrutaba tanto del calorcito en su espalda y del lindo ronroneo en su nuca, similar al de un gato, que se le fue sin querer un suspiro caliente como el vapor. Pero ella no tenía ningún gato, lo cual aún estando semidormida la tuvo "pensando" un rato.

Fue cuando algo hizo click en su cerebro e hizo que abriera instantáneamente los ojos por completo.

Los ronroneos no eran nada más ni nada menos que de Chaeyoung, quien la abrazaba y con quien había pasado la noche en su casa. En su cama puntualmente.

Cerró los ojos cuando sintió a la más joven removerse en medio de su propio despertar.

Como si nada, Chaeyoung siguió ronroneando muy alegremente en la nuca de la mayor y aprovechó la posición en la que se encontraban para entrelazar sus piernas con las de su amada por debajo de la sábana blanca que cubría la desnudez de sus cuerpos temporalmente saciados, blanca como lo era la piel debajo de las nuevas marcas carmesí en el cuerpo de la mujer dueña de su corazón.

—Buenos días, mi amor —Saludó con tiernos besitos en su hombro.

A Myoui no le quedó más que usar la almohada que estaba debajo de su cabeza para cubrirse disimuladamente la cara. Era un manojo de nervios y ¿arrepentimientos? ¿Qué había hecho? Lo que fuera, no podía pensar en eso con los besos y las caricias que le eran proporcionados a su sensible ser.

—Chaeyoung... —Suspiró la estremecida mujer. La mano en el vientre había descendido disimuladamente para dejar lentas caricias en su muslo derecho.

La piel se le erizó, era sumamente difícil de aunque sea tratar de mantener el control cuando el toque de las manos de la joven muchacha se trasladaba como corriente hacia otras partes de su cuerpo y la tenían vibrando. ¿Cómo podría pensar siquiera en recuperar la razón si se lo ponía así?

—Así quiero despertar todas las mañanas, contigo entre mis brazos luego de una noche intensa haciendo el amor —Sopló en su oído—. Por favor dime que tú también quieres eso, dime que sientes cómo mi corazón está latiendo por ti, así late siempre que te tengo cerca aunque hoy late diferente por lo especial que fue anoche.

Caries (Michaeng) |Mini Story| ฅDonde viven las historias. Descúbrelo ahora