65. Las mujeres de mi vida

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- ¿Seguro que no quieren quedarse a desayunar? – Becky les preguntaba a sus amigas en voz baja. Heidi y Tina estaban paradas enfrente de la puerta y cada una sostenía una niña dormida en sus brazos.

- Gracias Becky, pero Heidi y yo tenemos mucho que hablar aun y está gruñona no ha podido dormir mucho por lo que veo – Heidi estaba a puro bostezo.

- No sé cómo haces para dormir en ese condenado sillón lleno de niñas por todas partes – Las tres mayores miraron el sofá cama en el que ahora estaba Mon estirada como si fuera la dueña del mueble. Emma estaba a un lado de ella y le atravesaba una pierna por encima de su estómago mientras usaba uno de los pechos de su hermana como almohada. Lexi ocupaba todo el otro costado y se había acaparado solo para ella las dos almohadas, una la usaba para su cabeza y a la otra la tenía abrazada como si tuviera miedo de que se le escapara. No crean que Apple estaba incomoda, la otra melliza había obligado a sus hermanas a dormir con las piernas encogidas ya que se había hecho ama y señora de la parte baja de la cama.

- Después de tantas noches en el sillón te acostumbras – se justificó la deportista

- Pero si me desperté porque la ratita menor me sacó la almohada no muy sutilmente – se quejó la abogada

- Lexi siempre hace eso, no puede dormir sino tiene dos almohadas o al menos algo para abrazar – explicó – Agradece que al pececito no se le dio por recitar la poesía del otoño – dijo.

- ¿La poesía del otoño? – Era algo que a Tina le podía interesar

Antes de que Becky pudiera contarles, Apple se había parado en la cama y con los ojos cerrados empezó a recitar...

"El otoño es un enano, con un tarro y un pincel,

Pinta todo de amarillo pues no tiene otro color,

Va trayendo viento frío

Y llevándose el calor"

Hizo una reverencia y se volvió a acostar como si nada hubiera pasado.

- Bueno imagínate eso a la mitad de la noche – les dijo orgullosa de su hija

- ¡Por Dios Armstrong! Una de tus hijas roba almohadas y la otra es una poeta sonámbula. Le dije a Freen que tanto sexo durante los embarazos iba a tener repercusiones – se quejó la pelinegra dando paso a un nuevo bostezo.

- ¿Te vas a correr? – le preguntó Tina a la castaña mientras caminaban hacia su Uber.

- Sip – le aseguró – Total tengo varias horas más hasta que mis mujeres se despierten – no era día de "madrugones" para todas las morenas de la casa.

- Mañana nos avisan lo que salga de la ecología...

- Ecografía Tina – Dos hijas y todavía no se lo aprendía

- Eso...

- Por supuesto Tina, apenas sepa el sexo de mi bebe las llamo – les dijo

tina le dio un beso y dejo que Becky se despidiera del dormido patito que tenía en sus brazos para después subirse al taxi.

- Oye bomboncito – la pelinegra entraba en modo nervioso – Gracias por lo de anoche...

- Si es porque dormimos apretaditas y calentitas, ya sabes que no fui yo la que te hizo cucharita – Becky acarició a la cucharita llamada Caroline que tenía cargada su amiga.

- Tú sabes porque lo digo – Era más que evidente

- Lo se Heidi. Lo se. Yo no puedo concebir la idea de ustedes dos separadas y mucho menos si esa idea destroza a mi mujer – confesó – Hazla feliz Heidi. Si Tina es feliz, tú lo serás – Becky se sentía identificada.

Cuándo, Dónde y Cómo el Amor Quiera (Freenbecky Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora