77. El cuento de pinocho

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Dos meses después - Casa Armstrong Chankimha

Becky estaba en la sala de su casa acostada en el sillón, con su nieta sentada en su estómago y apoyada en las piernas alzadas de la castaña. Mientras Freen, las miraba desde la entrada de la sala sin hacer ruido para no interrumpir ese momento.

- ¿De quién es esta naricita? – Becky alzaba su mano y con su dedo dibujaba la nariz de Jane- ¿Y estos ojitos? – ahora recorría el párpado de la bebé - ¿Y estos cachetitos? – Con ambas manos agarraba el rostro de la pequeña - ¿Son todos de la abuela cierto? – jugó Becky

- Bla fffffurrrffffff bla pruuuff – Jane balbuceaba cosas sin parar

- Tienes razón – dijo Becky – le podríamos dejar algo a tu otra abuela, después de todo ella es la dueña de la belleza que heredaron ustedes... deberíamos darle una orejita, aunque sea – poco generosa con su mujer. Jane se dejó caer en el pecho de su abuela y mientras le babeaba la remera, jugaba con las partes del rostro de la deportista.

- Definitivamente este pequeño traserito – Becky la tenía agarrada de la cola – Es mío... y no lo comparto con nadie ¿Cierto ovejita? – la pequeña ahora pasaba a morder la campera de su abuela.

- Soy tan irresistible que me quieres comer a besos – le dijo a la bebe – Lo mismo que le pasa a tu abuela Freen, no puede dejar de tocarme ni de darme besos... hay veces que me tengo que venir a este sillón para que deje de acosarme... - mentía

Freen no aguanto y tuvo que intervenir - ¿Acaso le estás mintiendo a nuestra nieta? – la morena caminó hasta el sillón y se sentó en la otra punta entrecruzando sus piernas con las de su esposa. Apenas Jane vio a su otra abuela trató de gatear por el cuerpo de la castaña para llegar a la morena, Becky la tuvo que ayudar con su manos.

- Ratita traicionera junior, me cambias por un buen par de te...

- ¡Becky! – Freen pensaba que Jane era muy pequeña para escuchar las guarangadas de su esposa

- Un buen par de ojos – terminó la frase incorporándose en el sillón para llegar a la boca de su mujer – y los labios más ricos del mundo – la besó. Jane sentada en las piernas de la morena no quería que se distrajeran entre ellas así que se colgó del cuello de su abuela.

- ¿Hablaste con Mon? – Le preguntó la rubia logrando que su esposa asintiera - ¿Ya están instalados en el hotel? – Mon y Lucas habían decidido hacer un viaje romántico por Europa.

- Si... aunque extraña mucho a Jane– contestó besando la cabecita de su nieta – Lucas dice que apenas recibió la foto que le mandamos de Jane durmiendo entre nosotras se largó a llorar y empezó a decir que era una mala madre por no llevarla con ellos – contó riendo.

Becky rio con ellas – Ya vamos a ver si sigue pensando lo mismo después del sexo europeo. ¿Recuerdas nuestro viaje a Europa? Al segundo día ni nos acordábamos de que teníamos hijas... Tu hasta quisiste abandonarlas y quedarnos a vivir en Italia – le refrescó la memoria a su esposa.

- No es cierto – Becky la miró

- Jennie dile a tu abuela Freen, que si miente le va a crecer la nariz como a Pinocho – Becky apretó la nariz de su nieta.

- Por lo menos esta vez usaste el cuento infantil – Becky le solía contar a Freen, la historia de una pinocha, que cuando mentía en vez de crecerle una nariz, le crecía un miembro entre sus piernas. De más está decir que en la cama Becky actuaba de pinocha y Freen era la esposa que la hacía mentir.

- Con Jennie sí, pero si quieres esta noche te cuento "pinocha" a ti – la ovejita estaba hecha un sándwich entre sus abuelas. Pero no se crean que la bebe se quedaba atrás, parada entre media de ambas las imitaba y empezaba darles besos sopapa a las dos.

Cuándo, Dónde y Cómo el Amor Quiera (Freenbecky Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora