Capítulo 15

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– Nath Lake –

El gigantesco monstruo metálico que abandona la montaña podría, perfectamente, haber salido de una de mis pesadillas más horrendas.

Una especie de castillo ambulante con forma y patas de araña mecánica. Con una grotesca cabeza a un lateral de la fachada del castillo, pequeña en comparación al cuerpo y de la que emanaba una especie de líquido anaranjado ardiente.

Con cada paso, la criatura hacía retumbar la explanada entera y se tambaleaba torpemente.

Era una criatura torpe y lenta, que avanzaba sin un rumbo claro. Pero había que detenerla, pues su rumbo la llevaba a Hambi. La población huía totalmente aterrada del pueblo, sin saber cómo procesar tal monstruo.

Disparamos varias veces contra el monstruo, nada, ni un rasguño.

– ¿Qué hacemos, señora? – Pregunta mi artillero.

– Quiero contactar con mis Cuervos en tierra. Necesito saber cómo está la situación allí abajo.

– Hay dos canales activos... Solo dos... – Murmura mi Cuerva encargada de las comunicaciones, se debe estar figurando lo peor.

– Llámalos. – Ordena Eulix.

El primero tarda poco en responder, es un Cuervo algo joven.

– Al habla Dikan Lum, señora.

– Dikan, aquí la Aurora – Respondo – ¿Cual es la situación?

Al Cuervo se le escuchaba bastante fatigado, como si estuviese a una gran altitud y luchase por no caerse.

– No muy bien... Unos autómatas han metido a los hijos de medio pueblo en burbujas y los están llevando a una especie de ave de origami... He conseguido llegar pero... No sé cómo voy a sacarlos de aquí y... Creo que nos estamos moviendo. Hacía esa cosa enorme... ¿Alguien me dice que está pasando?

– Mandaremos a un escuadrón de rescate. Mantenga a esos críos a salvo. – Responde Eulix – No se mueva.

– Tampoco es que lo pueda hacer.

La segunda línea se abrió con algo de estática, mostrando lo que veía la máscara, una elfina de cabello rojo y bastante magullada respondió a la llamada con una sonrisa burlona.

Fey... Me muerdo la lengua por no chillar de rabia.

– Dolby... Eres maravilloso. Creo que lo has arreglado.

– Tecnología córvida. Pan comido.

– Hola. ¿Estás escuchándonos, princesita? Muy bien, voy a darte un mensajito muy claro y muy sencillo que hasta alguien como tú podría entender. NO. DISPARES. AL. CASTILLO. Feanor, Michelle y Ari siguen dentro... Sacando a gente inocente de allí.

– Fey... ¿Tengo que recordarte que has bombardeado barrios enteros? Sin miramientos... No me hables de moral ahora.

– Oh, así que escuchas. Pero sí soy una Loba, una terrorista de mierda. Tú eres la pura, la perfecta, la moral, la justa Nath Lake. Así que sabrás que es lo que tienes que hacer, ¿no?

Suspiro. Esta sociópata me pone de los nervios.

– Has dicho que Michelle está aquí... ¿Podemos contar con Kail-un?

– Esa es la idea. – Dolby le quita el casco a Fey, quién suelta un “ey”, menos mal, prefiero mil veces hablar con el hermano de Feanor que con la Loba Sanguinaria – Michelle ha recuperado su poder y está esperando a que Feanor evacue el edificio... Lake, sé que tu deber es detener a Fairy Luck. Pero nos necesitamos.

Tales of Fairy Luck: AutómataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora