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Harry ahora se encontraba en la sala común de Gryffindor sentado en el amplio sofá insistiendole a Hermione de que lo mirara y lo ayudara a devolver aquella chaqueta desconocida por la cual se había sorprendido tanto haciéndolo ir rápidamente donde su amiga, quien al parecer se encontraba muy ocupada estudiando como para siquiera mirarlo.

—vamos, de verdad que serán solo unos minutos, solo quiero saber si tienes alguna idea de quien es— pidió Harry sentado al lado de su amiga.

—ya te dije que estoy ocupada, seguro que es de Ron o incluso tuya y se te olvidó— respondió con simpleza poniendo su atención en el libro que estaba estudiando.

—no es mía, es muy grande para mí, y dudo que sea de Ron, el debe estar durmiendo.

—está bien...— levantó la vista y dejó su libro sobre la mesa —dame eso— pidió y Harry le entregó la chaqueta.

Hermione comenzó a mirar la chaqueta por todos los lados posibles, buscó etiquetas o alguna insignia pero no había absolutamente nada, buscó en los bolsillos y nuevamente no había nada, algún rastro de suciedad o rotura, pero era libre de cualquier imperfección.

—uh... bueno, siendo sincera, no tengo idea de quien es— dijo devolviendole la chaqueta a Harry quien la colocó ordenadamente sobre su regazo.

—lo único es que tiene un perfume caro y es de hombre, y la tela te puedo asegurar que es cara— Miró la chaqueta con curiosidad.

—entonces, es un chico y aparentemente tiene plata— respondió Harry —¿hay alguien así en Gryffindor?

—bueno, realmente hay bastantes opciones, pero ninguno encaja con la talla.

—¿es de otra casa?— preguntó con curiosidad.

—lo más probable es que si, a parte, el interior está forrado con tela verde oscuro y nadie aquí usa ese color.

—¿Cedric?— preguntó Harry ya que fue la primera persona que se le vino a la mente de otra casa y que fuera su amigo.

—lo dudo, esta chaqueta es como de la talla de Ron, demasiado pequeña para Cedric— explicó Hermione para luego ambos quedarse callados pensando en alguna posibilidad.

—uhh... realmente el único que se me ocurre es Malfoy— dijo finalmente mirando a Harry directamente a los ojos —sé que es raro, pero encaja demasiado bien con lo que sabemos sobre esta chaqueta.

—¿Malfoy?— musitó incrédulo y frunció levemente el ceño. —es imposible que sea el, me odia completamente y nunca haría algo así por mí.

—bueno, al único que veo capaz de usar un perfume así es a Malfoy.

—digo... si, el usa este perfume, pero...

—¿sabes cual es su perfume?— cuestionó Hermione mirándolo con curiosidad.

—no estamos hablando de eso— sus mejillas se colorearon de rojo haciendo que Hermione lo mirara con una pícara sonrisa. —el tema es que simplemente no es Malfoy, cualquier otro puede usar ese perfume.

Hermione y Harry siguieron sacando teorías y discutiendo de quien podría ser aquella chaqueta y el porqué se la habría dejado a él durante un buen rato hasta que cierto pelirrojo bajó con la misma emoción de siempre y se sentó al lado de estos dos, uniéndose a la conversación y distrayendolos del tema principal. Se quedaron conversando entre los tres hasta que oscureció y cada uno se fue a su cuarto, Harry y Ron al que comparten y Hermione al suyo.

Cada uno se puso su pijama, se cepilló los dientes, se lavó la cara y se pusieron a hablar nuevamente en la habitación hasta que fueron interrumpidos por un bostezo de Ron anunciando que ya tiene sueño por lo que decidieron apagar la luz e irse a dormir cada uno en su propia cama o al menos Ron se quedó dormido.

Harry aún estaba despierto, pensando en que si realmente había sido Malfoy quien le había dado su chaqueta haciendo enrojecer sus mejillas ante aquella pequeña posibilidad.

—quizás...— murmuró para destaparse y sentarse en el borde de la cama —solo es para sentir mejor su aroma y saber quien es— pensó para levantarse y silenciosamente agarrar la chaqueta y volver a acostarse.

—uh...— murmuró llevando delicadamente la chaqueta hacia su nariz y olerla, pudiendo sentir aquel fresco aroma el cual bien sabía que era característico de Draco. Abrazó con suavidad la chaqueta y cerró los ojos sintiéndose calmado pero aún sin poder bajar el rubor de sus mejillas.

—huele a Malfoy...— dijo para si mismo y abrió un poco los ojos percatandose de lo que estaba haciendo en ese momento.

—debo estar loco...— volvió a cerrar los ojos y se cubrió con las mantas aún abrazando la chaqueta. Si bien no estaba completamente seguro, la simple posibilidad de que pudiera ser de Malfoy, lo hacía sentir extrañamente bien, y finalmente, aún pensando en Malfoy, cayó dormido.

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el comportamiento de MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora