Capítulo 2

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En cuanto entramos a la cafetería de  nuevo, Hange me extiende mi té de frambuesa y yo agradezco

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En cuanto entramos a la cafetería de  nuevo, Hange me extiende mi té de frambuesa y yo agradezco. Dios esto sin dudas me ayudará a calmar aunque sea un poco mi ansiedad.

Erwin y Hange mantienen una conversación amena y yo estoy tan sumida en mis pensamientos que casi paso desapercibida la pregunta de Erwin.

— ¿Cuál es tu especialidad?

— Ingeniería. –Respondo.

Veo a Levi enderezarse un poco y Erwin asiente. — ¿En realidad? –Yo asiento. — Eso es impresionante. ¿Te gusta?

— ...¿algún estudiante de ingeniería disfruta de su especialización?

Eso hace que Erwin se ría, y Hange sonríe mientras me golpea suavemente el hombro. — ¿Y aún con eso esta chica entrenaba a diario? Dios no se de donde sacaba tanta fuerza.

— Entonces tienes muchos exámenes. –Dice Levi.

Yo asiento. — Cinco para la próxima semana.

Hange finge tener arcadas; La nariz de Levi se arruga. — Apuesto a que estás deseando que lleguen las vacaciones, entonces. –Dice Erwin, tomando un sorbo de su café.

— No. –Digo rápidamente, y me río secamente. — No en lo más mínimo. Preferiría tener diez exámenes.

En lugar de preguntar por qué o llamarme rara, Erwin le da un codazo a Levi. — Suena como tu.

Miro a Levi, que pone los ojos en blanco. — Pensé que era solo yo.

— ¿Cuánto tiempo tienes que ir a casa? –Pregunto.

— Al menos una semana o soy "una desgracia y no amo a mi madre" –Dice Levi secamente, inclinando la cabeza. — ¿Tú?

— Igual, pudiste darte una idea haya afuera. –Digo casi sonriendo. — O soy "el eslabón más decepcionante de esta familia".

Sus labios se contraen. — Mhm.

— ¿Supongo que has intentado fingir estar enfermo?
 
— Créeme lo intenté, fracasé, no valió la pena. –Confirma. — ¿Tú?

— Sí. No vale la pena. He intentado de todo y nada parece resultar.

— Sin embrago podría usar la excusa que diste afuera. –Dice y yo sonrió. — Digo que tengo que trabajar para navidad y para año nuevo digo lo de la novia falsa.

— ¿Cómo sabes que es mentira?

— ¿No lo es? –Se burla.

Yo me río y niego con la cabeza. — Créeme funcionará, mi madre sonaba como si hubiera ganado el premio Nobel.

— Esto es impresionante. –Interrumpe Erwin, sonriendo mientras mira entre ambos. — Nunca he conocido a nadie que despreciara ir a casa para las vacaciones ni la mitad que Levi. Me ofrecí para hacerme pasar por su novio. –Agrega, mirándome. — Ya que dice que una de las quejas de su padrastro es su falta de pareja. Pero-

Una vez en Diciembre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora