Capítulo 29

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Levi y yo no nos vamos del hospital hasta altas horas de la noche

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Levi y yo no nos vamos del hospital hasta altas horas de la noche.

Kuchel, considerando todo, está de muy buen humor. Levi y yo pasamos la mayor parte del día con ella, tratando de encontrar diferentes temas de conversación que no estén relacionados con la muerte o el cáncer. Jugamos a las cartas, ponemos un programa en la televisión y trato de ignorar las noticias de esta mañana.

No mentiré, es duro. Siento como si Levi estuviera casi completamente cerrado, en cierto modo, porque en realidad no habla mucho y su expresión nunca cambia. Kenny trata de mantener esa actitud sarcástica pero se ve en su rostro el pesar de la noticia.

Después de un tiempo, Kenny recibe una llamada, dice que tiene algo del trabajo que atender y luego finalmente se va. Cuando eso pasa Levi parece un poco más tranquilo.

Nos quedamos junto a Kuchel hasta que el personal del hospital prácticamente nos corre, llamando a la puerta con un suave recordatorio de que las horas de visita casi han terminado y que Kuchel debe estar cansada.

— Ella tiene razón. –Dice Kuchel mientras la enfermera se va. — Estoy bastante cansada. Ustedes dos me agotaron hoy, gracias por hacerme compañía.

— Feliz de hacerlo. –Murmuro cuando Levi no dice nada.

Kuchel extiende ambas manos. Levi inmediatamente se mueve, alcanzando la mano de su madre, y yo tomo su otra mano cuando me doy cuenta de que me está extendiendo la palma.

— Levi. ¿Conoces mi sala de lectura?

Él asiente y luego habla. — Sí.

Ella sonríe. — Hay un escritorio ahí, ¿sabes cuál? –Levi asiente de nuevo. — En el cajón superior, en la parte de atrás, detrás de algunas de mis cosas, hay una caja de anillos. Es negra. Es el anillo de mi madre; ella se lo pasó a Kenny, pero ya sabes, Kenny, él no tenía ningún interés. –Levi se burla y sus labios se contraen. — Así que ella me lo dio. Tu padre quiso comprarme uno pero al ver el valor que tenía para mi, acepto que usará ese.

Naturalmente. Intento descubrir a qué se refiere: ¿quiere que le traigamos algunas de sus cosas cuando volvamos mañana? Bueno teniendo en cuenta el valor sentimental que tiene es natural que lo quiera con ella.

— Levi. –Murmura Kuchel, mirando a su hijo, mi novio. — Quiero que lo tengas. Si te queda bien, querido, y te gusta, entonces tómalo para cuando te comprometas.

Casi abro la boca de la impresión. — ¿Cómo?

— Mamá. –Dice Levi, pero no tiene nada que agregar después de eso.

— Oh, por favor, no quiero presionarte. –Ella se mueve en su lugar; Ella todavía está sosteniendo mi mano y la de Levi. — Sé que no llevan mucho saliendo pero- –Ella se calla. Estoy sin palabras. — Pero se que eres la indicada. –Dice finalmente viéndome.

Una vez en Diciembre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora