¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Hacia varios días que no había podido ver a Charles por las mil cosas que tenía que hacer. - ¿Ocupada? - preguntó Charles cuando le cogí la llamada. - Mucho, tengo mil cosas que hacer - dije agotada. - ¿Y eso? - preguntó Charles. - Tenemos bastante trabajo y mil cosas por hacer - dije tirándome sobre la silla de la oficina. - Pero si estas de prácticas - dijo Charles. - La vida Charles, la vida. - Te recojo al salir. - Tengo que hacer más cosas cuando llegue a casa. - Te recojo al salir - dijo Charles y no pude decir más nada porque Charles cortó la llamada. El día fue agotador, estaba cansada y teníamos mil cosas que hacer antes de terminar los proyectos que teníamos que entregar. Al salir de la oficina me estaba esperando Charles, intentando pasar desapercibido con un coche distinto al de siempre y una gorra. - Creo que es la primera vez que me alegra verte al salir - dije mientras que me acercaba. - Creo que me acabas de hacer daño - dijo dándome un abrazo. - Lo siento, tengo un mal día - dije mientras que me abrazaba a él. - No pasa nada. Espero que tengas un buen rato para mí - dijo dándome un beso en la cabeza. - Para ti lo que sea - dije separándome de él. Nos subimos al coche y me llevó de nuevo al barco donde había preparado un gran almuerzo para los dos solos - Me encanta - dije viendo la mesa con la comida y una cesta llena de chocolate. - Quería que pudieras despejarte - dijo Charles abrazándome nuevamente. - Necesitaba estar contigo - dije y al mirar a Charles tenía la cara iluminada. - Me uno a eso. Me dio un beso en lo labios, un beso tierno y que ambos lo habíamos necesitado y que no habíamos sido capaces de hacerlo, quizás por miedo por como podríamos reaccionar. Tras comer, Charles se sentó y no pude evitar mirarlo y lo buen fotogénico que era.
