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Había llegado al club de mi padre, tenía clases con él tras terminar con él último entrenamiento que tenía hoy. Entré al club y saludé a todos los empleados del lugar y me fui directa a la pista donde me había dicho.
- Hola cariño - dijo mi padre bebiendo agua tras un pequeño parón antes de seguir con el partido.
- Hola papá. He llegado antes así que no te preocupes por la hora - dije sentándome en un pequeño banco para ver el partido.
- ¿Puedes sacar fotos al chico? Las necesita - preguntó mi padre.
- Sin problema.
No me había fijado en el chico que estaba jugando con mi padre. Al verlo me di cuenta que era muy mono, tendríamos la misma edad y tenía una sonrisa muy bonita. Terminó de jugar el partido, mi padre salió a hacer unas cosas antes de seguir con mi clase.
- Te he sacado las fotos como me ha dicho mi padre - dije cuando venía caminando hasta donde estaba sentada donde estaban también sus cosas.
- Oh muchas gracias - dijo un tanto nervioso.
- Nada. Se las mandaré a mi padre para que te las haga llegar.
- Vale - dijo y sonrió mientras que seguía recogiendo sus cosas.
Comencé a prepararme para poder hacer la clase. Me quité la sudadera y cogí la pala.
- Bueno, si quieres te dejo mi Instagram o mi número y me la pasas - dijo un tanto nervioso. Se tocaba el pelo mientras que me miraba.
Me acerqué y le di me dio su número.
- Perfecto, pues te las mando luego.
- No tengo prisas - dijo y sonrió.
- Soy Leah, encantada - dije.
- Kimi - dijo y sonrió.
Mi padre apareció e interrumpió la conversación.
- ¿Kimi tienes algo que hacer? - preguntó mi padre.
- No. Hoy tengo toda la mañana libre - dijo y sonrió.
- ¿Te apetece un partido con mi hija? - preguntó mi padre y ambos nos miramos.
- Soy muy competitiva - dije y él sonrió.
- Ya somos dos - dijo.
Un partido muy interesante y sí, ambos somos demasiados competitivos pero me lo había pasado muy bien.
- Gran partido - dijo Kimi tras perder.
- Muchas gracias, ya te dije que era muy competitiva - dije y reímos.
