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Habían pasado tan sólo dos semanas desde la muerte repentina de mi abuelo. Me había vuelto por unas semanas al pueblo para poder ayudar a mi abuelas con muchas de las cosas que tenía que arreglar y sobre todo, el intentar que estuviese bien dentro de lo que se podía.
Lance había estado para acompañarme durante todo el proceso del duelo y el tener que despedirme. Mi abuelo era mi segundo padre. Pasaba todos los veranos con ellos en el pueblo debido al trabajo. Siempre me enseñaba cosas nuevas sobre la agricultura y sobre todo conocer grandes éxitos de películas cuando llegaba la noche.
No sabía con reaccionar. No sabía como afrontar todo lo que había pasado. Una muerte muy rápido o mejor dicho, se había marchado mientras que veía su película y yo estaba a miles de kilómetros sin poder ver con él aquellas imágenes.
- Cariño, hay alguien aparcando fuera - dijo mi abuela entrando a la habitación donde me estaba quedando y miraba algunas de las fotos que tenía con mi abuelo.
- Voy - dije.
Sabía que mis padres no eran porque estaban arreglando algunas cosas y mis tíos estaban al otro lado de la finca encargándose de los animales de mi abuelo.
Salí, y allí estaba él. Se bajó del coche, cerró la puerta y caminó hasta el lado del copiloto. Cogió algo entre los brazos mientras que yo me acercaba a él.
- Te presento a tu nueva tía - dijo Lance mientras que me enseñaba a una pequeña labrador.
- ¿Nueva tía? - dije mientras que la amaría a.
- He pensado que tu abuela va a necesitar alguna compañía - dijo Lance y yo no pude evitar llorar.
No sabía como hacía siempre para que tanto yo como todos los que estaban a mi alrededor estuvieses bien. Estaba muy claro que él era mi lugar seguro y nadie sabía lo bien que es estar a su lado.
- Te quiero Lance - dije mientras que lo abrazaba.
- Yo también. Nunca te voy a dejar sola - dijo y me dio un beso en la frente mientras que me abrazaba.
