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Pierre me había dado una sorpresa. Me había llevado a Londres para poder disfrutar de los mercadillos navideños. Siempre he sido una fanática de los pequeños puestos e ir disfrutando de la decoración que venden. Muchas cosas he comprado para decorar mi casa.
- Se me hace muy raro poder disfrutar de sitios así - dijo Gasly mientras que miraba la decoración de los pequeños puestos.
- ¿Por? - pregunté.
- No sé. Siempre he pasado un poco de esto - dijo y puso su mano sobre mi espalda.
- Para todo siempre hay una primera vez y has acabado conociendo a una persona que le encanta la navidad - dije y sonreí.
Gasly me miraba y sonreía. Disfrutaba viéndome feliz y yo disfrutaba de poder pasar unos días con él en una ciudad que me tiene el corazón robado.
- ¿Te apetece ir a un pastelería que me encanta? - pregunté cuando me cogía de la mano y seguimos caminando entre los pequeños puestos.
- Donde quieras ir. Tengo todo el tiempo del mundo - dijo y rodeó mis hombros para atraerme hacia él.
- Pues vamos - dije.
- Dime donde es para pillar un uber - dijo sacando su móvil.
- No querido, vamos en metro. Tienes que dejar de ser un poco pijo y ser más de la calle - dije y sonrió y se mordió el labio.
- Pues vamos.
Caminamos hacia el metro. Se me hacía muy raro ver a Gasly en el metro o más bien una misión casi imposible.
- Espero que esté muy bueno - dijo mientras bajábamos por las escaleras mecánicas.
- Te vas a enamorar de su sabor - dije y reí.
- ¿Cómo lo estoy del tuyo? - se dio la vuelta para mirarme y yo estaba roja por el comentario que había dicho.
