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Me encontraba al otro lado del mundo grabando las últimas escenas de la película que estaba grabando.
- ¿Hola? - preguntó Max cuando lo cogió mi manager.
- Ya te la doy Max - dijo y me dio el teléfono.
- Hola rubiales - dije al verlo.
- Hola Cooper. ¿Qué tal la grabación?
- Muy bien pero algo cansada. ¿Y tú qué tal?
- Bien, grabando algunas cosas. ¿Nos podemos ver?
- Max, estoy en Chicago - dije extrañada.
- Yo también.
Max levantó el móvil y efectivamente estaba en Chicago. Sonreí al saber que después de tantas semanas podía verlo de nuevo.
Pusimos hora y lugar donde vernos. Un sitio tranquilo y donde nadie nos pudiera reconocer.
- Cooper, como te echaba de menos - dijo Max abrazándome por detrás.
Puso sus manos alrededor de mi cuello y pegó su cuerpo contra el mío. Me sentí segura entre sus brazos. Nos quedamos así un rato mientras que disfrutábamos del atardecer. Max me abrazaba y acariba mo hombro.
Solo necesitábamos estar los dos sin decir ninguna palabra.
- Pensaba que nunca iba a poder estar así tan tranquilo con una persona - dijo cuando me giré.
Lo miraba a los ojos, tenía un brillo especial es sus ojos cuando me miraba.a
- ¿Así cómo? - pregunté.
- Disfrutando de hacer algo con una persona que tiene interés por mi.
- ¿Sabes que eres una persona increíble? - dije aún mirándolo.
No dijo nada más. Me cogió la cara entre sus manos y me dio un beso. Un beso que ambos llevamos tiempo deseando pero ninguno había sido capaz de hacerlo.
