꒰ ᴺᵉᵍᵉ⁻ᵉⁿ⁻ᵗʷⁱⁿᵗⁱᵍ ꒱

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Esperé para ver si había una pizca de broma, pero las expresiones de Joshua seguían siendo las mismas

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Esperé para ver si había una pizca de broma, pero las expresiones de Joshua seguían siendo las mismas. Él no se estaba riendo; de hecho su rostro permaneció estoico.

Con mucha gente, fácilmente podía entender lo que estaban pensando, pero con Joshua siempre encontraba una pared de ladrillos.

Solo podía ver lo que él decidía enseñarme.

No puedo decidir si es una broma o no. —dije.

No estoy de humor para bromas últimamente. Hasta ahora te he dicho la verdad.

Me estás diciendo que mataste a tres personas y que disfrutaste haciéndolo. —Esperé, mi sangre se estaba convirtiendo en hielo.

Pasaron unos segundos, todavía me miraba fijamente.

Me aparté y comencé a levantarme de la cama cuando Joshua me cogió de la mano y me atrajo hacia sus brazos.
Mi frente se frotó contra su pecho.

Su otra mano entró en mi cabello; su boca estaba en mi cuello.

Para.

Puse mis palmas contra su pecho, pero él era más fuerte y ni siquiera se movió.

¡Deja de tocarme!

Sabía que si Joshua decidiera que quería matarme, sería un pedazo de pastel. Un golpe sería suficiente para silenciarme por siempre.

Con una voz sedosa y desesperada, dijo —: Shhhh... No tengas miedo de mí, amor. Nunca te haría daño, créeme... —Con ternura, apartó una lágrima de mi mejilla con su pulgar —. Te amo. Me mataría antes de dejar que te pase algo.

¡No quiero estar con un asesino!

Dices eso ahora, pero no puedes negar esta atracción entre nosotros. Sé honesto conmigo Hannie, ¿te importaría incluso si hubiera matado a muchas personas sin piedad? Si te dijera que no he matado tres, sino la docena de la que me acusan, ¿dejarías de amarme?

No respondí.

Un sollozo estaba a punto de salir de mi garganta porque sabía que Joshua era mi debilidad.

Susurró algo dulcemente en mis oídos y trató de calmarme, sentí el deslizamiento de su húmeda lengua contra mi clavícula, y luego jaló mis labios hacia los suyos en un beso desesperado y duro.

Gemí y traté de alejarme, pero su agarre sobre mí era sólido. Además de ser un maestro manipulador, también era excelente seductor.

No traté de apartarlo, en vez de eso pensé en joder y me relajé. Mis brazos rodearon su espalda mientras lo mantenía en su lugar, besándolo con la misma cantidad de feroz anhelo.

La idea de perderlo para siempre me dolió.

Se retiró un poco, nuestras frentes tocándose.

Lo que sea que te diga, prométeme que no me dejarás, Hannie... —susurró.

𝐌𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 𝐀𝐬𝐲𝐥𝐮𝐦 ⇢ 𝒥𝒾𝒽𝒶𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora