Antes que nada muchísimas gracias a @HeloAyras por decirme que había un Bonus en esta historia :0<3 pido perdón a todas por no haber sido tan atenta a esta clase de cosas tan importantes como sus bonus/extras T^T espero me perdonen x'd.
¡¡FELIZ AÑO NUEVO!!
Y disfruten este bonus tardío de su historia pero al menos no nos quedaremos con ese final xdd...
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— Mi nombre es Joshua Hong, pero puedes llamarme Shua. ¿Cómo te llamas, hermoso?
Tenía que estar imaginando esto, ¿verdad?
Quiero decir, Joshua no puede estar sentado aquí a mi lado, luciendo tan caliente y rudo como un héroe de acción, dándome esa sonrisa que derrite las bragas y esa voz tan suave como la seda.
Seguramente, había llevado mi imaginación demasiado lejos, o había bebido demasiado.
Bebí un sorbo de sangría.
Los ardientes ojos marrones de Joshua me evaluaron desde arriba del borde de su vaso.
Dos pueden jugar un juego.
— No hablo con extraños. —le dije.
— Oh, vamos. Déjame invitarte una bebida al menos. —Él continuó.
Estaba actuando mucho al no parecer desesperado, pero todo lo que quería hacer era acurrucarme en su regazo y tener su boca sobre la mía.
Incluso pensar en eso, hizo que mis rodillas se debilitaran.
— Tengo novio. —le informé y esperé su reacción. Para ver la sorpresa en su rostro o incluso la decepción, pero él solo sonrió como lo astuto que era.
— ¿De verdad? —preguntó, sonriendo —. Suertudo, bueno, es una lástima porque todavía estoy soltero.
— Ahora que sabes que tengo novio, ¿qué tal si vas y molestas a alguien más? —dije tomando un sorbo de mi bebida.
En lugar de sentirse insultado como lo haría cualquier persona normalmente, se acercó a mí.
Podía oler el olor abrumador de almizcle y lavanda, era demasiado adictivo. Eso no había cambiado en él, pero ahora tenía una apariencia más relajada.
Sentí la necesidad de pasar mis dedos por su espeso cabello.
— Solo quiero seguir molestándote hasta que finalmente te rindas... —Susurró cerca de mi oído y eso puso la piel de gallina en mi cuerpo.
Se había quitado la chaqueta de cuero y ahora podía ver la camiseta negra que llevaba debajo, dejando sus brazos descubiertos. Ni su delicioso cuerpo ni su sexy sonrisa me iban a distraer esta noche.
Me había dejado solo durante seis meses, ¿esperaba una fiesta de "bienvenida a casa"?
— ¿Podrías dejarme en paz por favor? —Yo pregunté.
