꒰ ᵉᵉⁿ ᵉⁿ ᵛᵉᵉʳᵗⁱᵍ ꒱

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— ¿A dónde vamos? —Le pregunté

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¿A dónde vamos? —Le pregunté.

Me sentí nostálgico cuando me subí a un BMW negro. Este no era un automóvil viejo y me pregunté si pertenecía a Joshua o si lo había robado.

¿Es este tu auto?

Joshua sonrió mientras se sentaba detrás del volante.

Haces demasiadas preguntas, Hannie.

Se estiró detrás de mí, tiró
del cinturón de seguridad y lo
aseguró en su lugar, su rostro se acercó al mío.

Él picó mis labios con un beso rápido y pasó su dedo
índice sobre mi labio inferior ligeramente.

Tus labios están hinchados, supongo, en parte soy el culpable de eso.

Me sonrojé y miré por la
ventana —: ¿Vas a decirme
a dónde vamos?

Tengo un apartamento que se registró con un alias. Te quedarás allí mientras este asunto se resuelve de una vez por todas.

No. —le dije —. Llévame a casa, a mi apartamento.

No te estaba dando opciones, Jeonghan.

Sé que no, pero no siempre puedo dejar que tomes decisiones por mí. Esto concierne a mi hermana. Si ella es la asesina, encontraré la manera de terminar esto.

Joshua se echó a reír, y luego sus rasgos se pusieron duros —: Ninguna conversación dulce va a impedir que tu hermana haga lo que está haciendo. Si te interpones en su camino, no dudará en matarte. Y si Miya te hace algo, si intenta siquiera hacerte daño, entonces, por Dios, juro que no dudaré en poner una bala en su cabeza.

Sabía que Joshua no estaba mintiendo cuando dijo eso. Me di cuenta por sus expresiones que hablaba muy en serio.

Sé que correría el riesgo de ir a casa, Shua, pero tengo que hacerlo. Ya no quiero tener miedo y no quiero esconderme. El asesino quiere que hagamos exactamente eso, y no le vamos a dar la satisfacción.

Creo que Joshua estaba listo para responder, pero cerró la boca y se lo pensó mejor, porque sabía que yo estaba diciendo la verdad.

No quiero huir toda nuestra vida. Si Miya quisiera lastimarme, lo habría hecho hace mucho tiempo.

Te acusó por los asesinatos y te puso en un centro mental, ¿qué más prueba necesitas? —Joshua preguntó con furia.

Era mi turno de callar.

Afortunadamente, el teléfono de Joshua comenzó a sonar.

Odiaba discutir con él.

Miró el teléfono y me dijo que era Jisoo.

¿Qué está pasando?

Tenemos un problema, Joshua. —La voz de Jisoo sonó por los parlantes del auto, su voz era muy similar a la de Joshua.

𝐌𝐞𝐧𝐭𝐚𝐥 𝐀𝐬𝐲𝐥𝐮𝐦 ⇢ 𝒥𝒾𝒽𝒶𝓃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora