"¿Te sientes bien?"
Una dulce voz lo sacó de su pequeño trance.
Erwin se disculpó por preocupar a Ana
"Si...todo bien, lo siento" Le sonrió ligeramente.
Ambos reanudaron su caminata, pero Erwin no podía dejar de preguntarse qué demonios había sido esa sensación que tuvo recién. Como una especie de escalofrío recorriendo por completo su columna. Al igual que una picazón en su propio cuello. Lo acarició lentamente intentando aliviar el ardor.
Esa tarde Erwin había invitado a la señorita Ana a dar un paseo por la ciudad. Les gustaba salir de vez en cuando, sin decir que a ella le hacía bien el ejercicio, así como también le encantaba ir a una tienda en específico cada cierto tiempo.
La campana que indicaba que nuevos clientes habían llegado resonó por todos lados. Ana no pudo ocultar el rostro de emoción que apareció cuando sus ojos se encontraron con una persona en particular.
Un joven, alto y de cabello oscuro llegó a su lado, le sonrió amablemente.
"Señorita Eloise" Él solía llamarla así, y al parecer a ella le gustaba
"¿Cómo se encuentra, Víctor?" Ella le preguntó con unos ojos brillosos. Perdiéndose en su mirada.
Víctor, el joven beta de estatura alta, castaño y con una gran sonrisa no hizo algo más que mirarla, retiró su pequeño gorro oscuro de su cabeza, como gesto de caballerosidad
Erwin realmente sentía que estaba estorbando en ese lugar. Carraspeó su garganta y el joven Víctor encargado de la librería se disculpó por haber sido descortés
"Lo lamento comandante. Buenas tardes. ¿Busca algo en particular?" Le preguntó queriendo sonar lo más cortes posible. Pero tartamudeó en el proceso. Erwin ladeó una pequeña sonrisa. Aun cuando ya hubieran hablado un par de veces en el pasado, seguía sintiendo nervios por dirigirse a alguien mucho mayor e importante.
"Gracias joven Víctor." Erwin agradeció, y pronto se dirigió a la chica "Ana, tengo unos asuntos que atender rápidamente en la clínica... ¿estarás bien por aquí buscando tu libro?" Le preguntó con unos ojos compasivos
Ella sonrió amablemente
"Claro que si"
había poca gente en la biblioteca, pero toda ella alcanzó a escuchar lo que la pareja se dijo a la otra. Pero todos estaban concentrados en lo que hacían que no tenían tiempo para pensar en los demás. Aun así, Erwin no quería dejar algo a las interpretaciones ajenas.
El comandante de la legión salió de la biblioteca, el cielo encima de su cabeza ya no estaba completamente azul, un par de nubes grises podían visualizarse, como si fuera a comenzar a llover en cualquier momento. Se hizo una nota mental de que no debía tardar demasiado.
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EXTINCION - 𝘌𝘳𝘶𝘳𝘪 𝘖𝘮𝘦𝘨𝘢𝘷𝘦𝘳𝘴𝘦
FanfictionNo fue sorpresa para la gente de las murallas escuchar la noticia de que la población en general estaba casi al borde de la extinción. Cuantos más adultos morían, menos niños existían. La gente no se reproducía como lo hacía anteriormente Así que el...