No fue sorpresa para la gente de las murallas escuchar la noticia de que la población en general estaba casi al borde de la extinción. Cuantos más adultos morían, menos niños existían. La gente no se reproducía como lo hacía anteriormente
Así que el...
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La pesadez en su cuerpo fue suficiente como para querer caer dormido otra vez.
Pero sabía que tenía que despertar.
Levi abrió los ojos no recordando lo último que había ocurrido. Su vista se nubló al comienzo, pero después los colores y las formas fueron agarrando sentido a su alrededor.
La palabra peligro inundo todo su cuerpo al no reconocer la habitación en donde se encontraba. Rápidamente intentó ponerse en una posición de defensa, pero no pudo hacerlo.
Porque sus manos estaban esposadas detrás de su espalda, al igual que sus tobillos los cuales se mantenían juntos no dándole oportunidad para caminar sin caerse.
Escaneó a su alrededor en un segundo y se percató de que era una simple habitación, prácticamente vacía. A excepción de una ventana que daba al exterior. Brincó hacia ella y una vez que estuvo cerca pudo notar el cómo se encontraba a una gran distancia del suelo. Salir por ahí era prácticamente un suicidio.
¿Dónde demonios estaba? ¿Y dónde demonios estaba Kenny?
La puerta de madera crujió detrás de él al ser abierta. Levi se alejó lo más que pudo al no saber quién entraría. Puso la mirada más tenebrosa que fue capaz de hacer en pocos segundos.
"Capitán Levi, es bueno verlo despierto" Un hombre, de aspecto elegante y robusto entró a la habitación. Llamando por completo su atención.
"¿Dónde mierda estoy? ¿Quién putas eres tú?" Su enojo por la situación era aparente. Levi gruñó y el hombre soltó una carcajada
"Que grosero de mi parte. Permítame presentarme, mi nombre es Aurille, soy el consejero de su majestad. Ahora mismo se encuentra en el castillo"
Así que ese viejo era Aurille. El mismísimo hijo de puta quien había planeado todo junto con aquel doctor se encontraba a unos metros de él.
¿Cómo podía verse tan tranquilo después de todo lo que había hecho?
Levi soltó un gruñido. Pareciendo a una bestia enjaulada
Si ahora mismo se encontraba en el castillo eso solo significaba una cosa.
Kenny lo había traicionado.
Recordaba haber sentido un golpe y prácticamente caer desmayado. Kenny lo vendió por una maldita bolsa de dinero. No pudo sentir más rabia de la que ya sentía en ese momento. Su respirar se volvió pesado
"Mi hijo. ¿Dónde está?" Preguntó, con una mirada y un tono capaz de asustar a cualquiera. Si ahora estaba dentro del castillo al menos podría encontrar a Lewin. No era la manera en la que hubiera querido hacerlo, pero no podía hacer nada por cambiar ese hecho ahora.
Aurille negó
"¿Su hijo? ¿No debería usted saber eso? Hemos intentado buscarlo, pero al parecer lo tienen bien escondido" Exclamó Aurille "¿O es que acaso no sabe dónde está?" Preguntó confundido
