Era extrañamente difícil pensar en una excusa del porqué tenía encerrado el 25 de octubre en su calendario.
Lo había marcado porque quería hacer más "visual" el tiempo que tenía hasta entonces para hacer algo por Cael... Sin embargo, lo cierto era que ahora se sentía un poco patético y tonto y no estaba seguro de qué palabras decir.
Así que solo dijo lo único que se le vino a la mente:
—Es mi cumpleaños.
No haría falta aclarar que eso era una mentira. En realidad, el cumpleaños de Baltazar era el 8 de junio, y eso era algo que Cael debía saber a la perfección (o eso esperaba), así que tal vez especificar un cumpleaños para Shade hacía más real a su "personaje".
Cael arqueó una ceja.
—¿Por qué tienes marcado tu propio cumpleaños en el calendario? —indagó. En sus ojos se leía que aquello le parecía tonto.
Baltazar titubeó.
—A veces se me olvida —se le ocurrió responder con una sonrisa tensa. Ah, en serio que se moriría de hambre si alguna vez se le ocurría incursionar en la carrera de actuación—, quiero decir... De por sí se me dificulta recordar en qué día vivo, ¿sabes? Así que solo lo tengo marcado para tenerlo presente, aunque no es que lo celebre o algo así...
—Oh, ya veo —murmuró su hermano. Había algo en su mirada que no estaba diciendo.
Entonces se le ocurrió algo.
¿Había gente que planeaba su suicidio desde antes? Siempre había creído que Cael había tomado aquella decisión en un impulso; que había sido algo tan repentino que simplemente no se detuvo a pensar en lo que en serio implicaba o que solo había sido un arrebato de enorme soledad y tristeza.
Pero... ¿y si no había sido así?
Sintió un nudo en su garganta con solo pensarlo y miró hacia el suelo. Tal vez Cael ya había tenido tiempo planeando su muerte. Quizá antes de conocerlo como Shade ya lo había hecho.
Existía una muy alta probabilidad de que, incluso si no había elegido una fecha en concreto, Cael ya hubiera pensado desde antes que iba a suicidarse.
Y eso le pareció extrañamente depresivo y le golpeó con fuerza.
—Deberíamos salir ese día —se animó a decir, suspirando y volviéndose a atrever a mirar a Cael.
Él se encogió de hombros.
—Claro, no veo por qué no —respondió con una sonrisa amable en su rostro.
Baltazar se preguntó qué podía hacer para que su hermano se sincerara respeto a todo lo que estaba pasándole.
No obstante, era consciente de que ese tipo de asuntos eran delicados y cada persona lidiaba con ellos de forma distinta. Quizá había quienes solo hablaban de tema con sus conexiones más cercanas o gente que simplemente no hablaba en lo absoluto... Aunque, ¿de qué hablaban las personas con ese tipo de pensamientos? Nadie decía de forma explícita que quería morirse, ¿verdad? Tal vez lo decían en algún tipo de código que no conocía.
Era estresante conocer tan poco respecto al tema que la frustración no tardó en envolverlo.
Se quedaron un rato más en su apartamento; no hicieron gran cosa ni tampoco hablaron demasiado entre sí.
Cuando Cael se fue con la excusa de que debía hacer tarea, Baltazar sintió el apartamento más vacío.
Solo entonces le llegaron a la mente la cantidad de cosas que pudo haberle dicho.
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El Otoño de 1999 © [EN PROCESO]
Teen FictionCael se suicidó en el otoño de 1999. Solo tenía dieciséis años cuando tomó aquella drástica decisión. Y a Baltazar, su hermano menor, no le quedó más remedio que seguir adelante, preguntándose día tras día qué orilló a Cael al deseo de quitarse la v...