Título: Lo que pudo llegar a ser. Partes: capítulo único. Advertencias: preparen pañuelos porque tuve ganas de romperla. Ambientanda en una escena de El Espantatiburones (Shark Tale). Fc: Scarlett Johansson.
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ㅤCUÁL IRÓNICO PODÍA LLEGAR A resultar el destino. Como dos personas que habían llegado a ser tanto, se comportaban como desconocidos, o peor, como enemigos. Ese era el caso de Buggy y los hermanos pelirrojos, al menos en lo que al payaso respectaba. Por parte de Shanks y Loyce, sin embargo, seguían teniendo buenos recuerdos de ese chico miedoso de nariz divertida, llegando incluso a seguirle considerando un viejo amigo. Fue por eso que Loyce quiso hacerle una visita. Y maldito fue el momento. Su hermano sabía que ella, en su adolescencia, había llegado a tener un enamoramiento que esperaba fuese pasajero por el de cabello azul, pero se sintió horrible ver como se le rompía el corazón tras la marcha de Buggy. Creía que se había convertido en un capítulo clasificado de su vida, sin tener ni la menor idea de las veces en las que ella intentaba buscarlo, sin éxito, o del cártel de Se Busca del payaso que ella escondía en el fondo de su baúl. No. Ella no tenía un enamoramiento adolescente. Ella se había enamorado perdida e inesperadamente de ese idiota que los odiaba por alguna razón que ninguno de los dos comprendía.
Hasta que al fin, un día, le encontró. Parecía que aún estaban montando aquella inmensa carpa de rayas bicolor, como si acabasen de llegar y no planeasen irse en un tiempo tanto él como sus compañeros de tripulación, lo que la alivió. Entró como si no le importase que todos ellos pudieran ponerse violentos, pero ninguno de ellos era idiota. Todos los que la veían sabían al instante quién era (y no solo porque su capitán no dejaba de despotricar de los dos hermanos), por lo que preferían no interponerse en su camino. Cuando sus ojos escanearon el lugar, encontró a Buggy sentado en su asiento al que él llamaba trono, con una mujer morena de belleza innegable a su lado. Se les veía muy unidos, con actitud cómplice. Loyce no pudo evitar sentir ese malestar en su pecho a pesar de las circunstancias. La morena alzó sus grandes ojos hacia la pelirroja con sorpresa, y Buggy, curioso porque alguien hubiese querido arrebatarle la atención, también miró. Casi parecía haber visto un fantasma. Y es que le resultaba realmente difícil creer que aquella mujer de ajustados pantalones de talle alto negros y camisa blanca combinada con un corsé al que cualquiera invitaba a pecar de mirón fuese la hermosa adolescente que conoció una vez y que juraba y perjuraba odiar. Sin duda, se había hecho toda una mujer, más hermosa incluso que como la recordaba.
“¿Qué se supone que haces tú aquí?”
Se puso en pie con aire envalentonado, hasta que recordó que ella siempre solía ir acompañada de su hermano y el pánico cruzó sus ojos azules mientras miraba a su alrededor, como si temiese que su propia sombra fuese a convertirse en el pelirrojo.
“Él no está aquí.” Respondió con seriedad Loyce cruzándose de brazos.
Buggy dejó salir todo el aire que ni él mismo sabía que estaba reteniendo antes de fruncir el ceño mirándola con desconfianza, caminando hacia ella un par de pasos. Al contrario de su hermano, Loyce solía ser más seria y reservada, lo que no ayudaba al nerviosismo del peliazul, que tenía aquellos grandes y hermosos ojos clavados en su persona.
