𝐎𝐍𝐄 𝐏𝐈𝐄𝐂𝐄 𝐒𝐓𝐔𝐅𝐅

𝐅𝐋𝐎𝐖𝐄𝐑𝐒

(Les regalas flores)

SANJI
Te acercase a él con un pequeño ramito de margaritas mientras estaba cocinando, mirándole con nerviosismo. Cuando al fin notó tu presencia y se fijó en tí, sus ojos aguamarina vagaron entre aquellas bonitas flores y tú, con una dulce sonrisa confundida como si estuviese esperando que dijeses algo.

“Son para tí.”   Estiraste hacia él los brazos, sosteniendo el ramo con ambas manos mientras tus mejillas se enrojecían.

Las cejas del cocinero se alzaron hasta casi desaparecer en su cabello, dejando lo que llevaba en sus manos olvidado con aspecto sorprendido. Se acercó a tí con ojos brillantes, todo él parecía haberse iluminado como una bombilla ante tus simples palabras.

“¿Para... Para mí? ¿De verdad?”   Susurró aún no convencido alcanzando el ramo mirándolo como si fuese su tesoro más preciado.  “No sabes lo feliz que me acabas de hacer.”   Habló de nuevo mirándote, lágrimas acumulándose en sus párpados mientras te apretaba suavemente en un abrazo.

MIHAWK
El espadachín leía tranquilamente en su biblioteca, una de sus manos sosteniendo el libro mientras la otra frotaba la esquina de la página que estaba por acabar, cuando un movimiento en su visión periférica llamó su atención. Allí estabas tú, colocando en una mesita pequeña y circular uno de sus tantos jarrones vacíos con un ramo de rosas rojas frescas.

“¿Y eso?”

“¿Uh? Las compré pensando en tí.”

Sus ojos dorados se mantuvieron en tí mientras colocabas las flores para que no quedasen unas encima de otras, una pequeña y efímera sonrisa estirando sus labios antes de levantarse dejando a un lado el libro para acercarse a tí por detrás, posando las manos en tus caderas y depositando un pequeño beso en tu hombro.

“Gracias por las flores.”  Susurró con voz suave como la seda cerca de tu oído.

COBY
Estaba realmente frustrado, llevaba una semana realmente larga dónde sólo le tenían limpiando como cuando estuvo atrapado en la tripulación de Alvida, lo que no le daban los mejores recuerdos, cuando de pronto un bonito ramo de lirios rosas con puntas blancas apareció ante sus narices haciéndole colocarse bien sus redondas gafas para mirarte con sorpresa y nerviosismo.

“¿Q-Qué?”   Balbuceó sin entender nada.

“Te compré estas flores para que te sintieses mejor.”   Dijiste con una dulce sonrisa.

Los ojos del pelirrosa no dejaban de moverse entre las flores y tú, antes de emocionarse y abrazarte con fuerza, preocupándote ver sus mejillas mojadas.

“Son tan bonitas. Muchas gracias. Son preciosas. Las cuidaré con mucho cariño.”   Hablaba tropezándose con la cabeza escondida en tu cuello, lloriqueando mientras sostenía las flores y a tí.

BUGGY
Los pies del pirata payaso se mecían sentado en su “trono” con aspecto aburrido, sus mejillas infladas ligeramente mientras miraba un punto fijo como si su mente estuviese en otro lado cuando tu voz le trajo de vuelta al mundo terrenal, alzando la mirada para encontrarte a tí con un bonito ramo de hortensias, del mismo azul que sus ojos.
Se puso de pie al instante, celoso ante la idea de que alguien te hubiese hecho un regalo como ese, pero antes de poder quejarse, la sorpresa le llegó.

“Son para tí, Buggy.”  Dijiste con nerviosismo, extendiendo el ramo hacia él.

Buggy alcanzó el ramo en silencio, mirándolo durante unos instantes que te resultaron eternos, haciéndote pensar que no le gustaban y que habías cometido un error.

“Nunca me habían regalado flores...”   Susurró alzando la mirada hacia tí con ojos emocionados.   “¿De verdad son para mí?”

“Claro que sí.”   Asentiste con una sonrisa, acercándote para alcanzar su mejilla con un pequeño beso, derritiendo al payaso con tu cariño.

NAMI
“Oye, ¿dónde...?”

Mientras entraba a la zona de navegación, más conocida también como la habitación de las chicas, encontró el lugar vacío dejándola con las palabras en el aire. Resopló con exasperación, pero antes de darse la vuelta para seguir buscándote, observó las dahlias naranjas que se reunían en un pequeño jarrón en la mesa en la que ella dibujaba sus mapas.
Se acercó hacia el pequeño ramo, notando el olor desde la lejanía, y alcanzó la pequeña nota apoyada en el jarrón. «Espero que te gusten, me recordaron a tí.», ponía escrito con tu puño y letra y firmado por tí para que no quedase duda de quién era el responsable.
Una pequeña sonrisa estiró sus labios volviendo a mirar al ramo, acercándose a oler de cerca el dulce aroma que desprendían y acariciando uno de los pétalos de una de las flores.

“Tendré que agradecérselo la próxima vez que le vea.”  Susurró ella con voz soñadora antes de guardar la nota entre sus pertenencias y seguir buscándote por el barco.