𝐎𝐍𝐄 𝐏𝐈𝐄𝐂𝐄 𝐒𝐓𝐔𝐅𝐅

𝐒𝐀𝐍𝐉𝐈

Título:  Tras la lluvia viene el arcoiris.
Partes:  capítulo único.
Advertencias:  extra de dulzura, Luffy siendo Luffy.
Fc:  Madelaine Petsch.

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ㅤEL COCINERO OBSERVABA el pequeño ramo de flores que había comprado con el poco dinero que tenía yacer en el suelo después de que una muchacha que quiso cortejar las lanzase allí con crueldad tras darle una mirada que ya había visto antes. Sacó del bolsillo su cajetilla de tabaco, llevándose un cigarrillo a la boca y buscando su encendedor, sus manos temblorosas debido a la tristeza de ese crudo rechazo le hicieron difícil el encenderlo. Tan metido en su propia miseria, no notó que una muchacha se acercaba, hasta que su figura al agacharse le llamó la atención.
Sus ojos azules viajaron a la bonita cabellera del color del fuego, no podía ver quién era debido a que miraba las flores del suelo, pero sintió repulsión por sí mismo al hacerla agacharse cuando él mismo se las podría haber acercado.

“Lamento lo que esa bruja te ha hecho... Tuviste que fijarte en la mujer más desagradable del pueblo.”   La dulce voz de la desconocida acalló cualquier comentario que fuese a hacer.

“No debes preocuparte... Por favor, permíteme. Podrías ensuciarte. Las flores ya han perdido su valor.”   Habló con preocupación extendiendo su mano hacia ella.

“En eso no estoy de acuerdo.”

La muchacha alzó su barbilla al fin, mostrando su rostro al pirata que por un momento se quedó con la mente en blanco. Sanji olvidó por completo ese duro rechazo que había vivido mientras miraba desde aquellos brillantes ojos color avellana, esa piel pálida y suave y aquellos labios rosados que se veían tan encantadores hasta su pequeña nariz.

“Solo se han estropeado algunas. Las demás están en perfecto estado.”

Mientras hablaba, rodeó con sus pálidos dedos los tallos de las flores volviéndose a poner en pie, apartando las flores estropeadas de las que estaban bien. Observó el pequeño ramo que quedó entonces con una sonrisa satisfecha antes de mirarle.

“¿Ves?”

“Tenías razón.”   Dijo con una pequeña sonrisa mientras la observaba oler las rosas.   “¿Te gustaría quedártelas?”

“¿Yo?”   Las cejas de la pelirroja se alzaron con sorpresa al mirarle de nuevo, como si no hubiese esperado nunca algo así.   “¿De verdad?”

“Absolutamente. Sería un placer para mí que las aceptases.”

Sostuvo su cigarro con la diestra, mirándola con la zurda sobre el pecho y una sonrisa estirando sus labios. Pudo observar como los ojos de la chica brillaron mientras su sonrisa aumentaba, y se sintió estúpidamente agradecido de haber sido espectador de aquella imagen tan dulce.