Capítulo 14.

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Logan

Un poco de calma.

Aprieto los puños con rabia, la sangre me burbujea conforme los escucho decir pendejadas.

—¿Eres consiente de lo que pones en riesgo por una cogida?

—Cierra la puta boca — lo señaló con rabia — no es de tu incumbencia, deja de meterte en mis asuntos.

La mandíbula le tiembla mostrando lo enojado que está, lastima que a mi me valga mierda.

—Soy tu padre y no dejaré que tires nuestro imperio por una cualquiera, fuiste demasiado lejos y lo sabes.

—Logan, escucha a tu padre — Regina se pone de pie alisando su falda — traerla aquí, alojarle en tu mismo edificio, el cual por cierto es de lujo y ahora meterla en tu cama fue demasiado. No estás siendo racional.

No estuvieron conformes con hacerme saber su descontento frente a Brooke, si no que ahora los tengo aquí en mi despacho.

—No lo voy a volver a repetir — apoyo los brazos en el escritorio ya hastiado — a quien me follo o me dejo de follar es mi puto problema, están aquí por los cambios que hare, ya dijeron sus condiciones, voy a ganar las putas olimpiadas, te daré el maldito dinero que tanto quieres y quedará saldada tu cuenta con la Bratva.

Leo se tensa en cuanto Regina se gira a verlo desconcertada, no me puede importar menos el que se le caiga su teatrito.

—Puedes regresar a Londres, yo voy a arreglar toda la mierda que dejaste y tu — la señaló — puedes volver a hacer lo que mejor sabes y es chuparle las bolas a Leo, no me importa, solo dejen de joderme.

Leo sale hecho una furia y como es de esperarse Regina va tras de él. No me sorprende, siempre han sido las cosas así.

Hago un par de llamadas antes de dirigirme al gimnasio en donde esta la mujer a la que no veo desde esta mañana.

Después de todas las quejas e insultos a los cuales ella pareció no ponerles la atención que buscaban se despidió alegando que alimentaria a la bola de pelos que tiene como mascota.

Después de revisar las cámaras y verla salir de su departamento en ropa deportiva supe que vendría aquí.

Sonrió al verla subir y bajar con las pesas haciendo sentadillas.

Claro que ese culo no se formó solo.

Perlas de sudor llenan su espalda y piernas, el top deportivo parece contener las tetas que amenazan con salirse, el short acentúa el buen cuerpo que tiene y en cuestión de segundos mi polla se levanta confirmando el poder que ella tiene sobre mi.

Me acerco cambiando la playlist que escucha ganándome que se percate de mi presencia.

Subo a la caminadora iniciando la rutina de calentamiento antes de empezar con mi verdadera rutina.

—No seas un patán y regresa mi playlist — baja la pesa y limpia el sudor que se desliza por sus senos — ¿Ya se fueron tus padres?

—Lastima que ya lo soy — me encojo de hombros y rueda los ojos divertida — del edificio si, de Rusia no lo creo.

Recarga los brazos en el frente de la máquina dándome una vista demasiado tentadora.

—Ellos en serio odiaron verme contigo — hace una mueca.

—¿Te importa?

—¿Te importa a ti? — me observa, sus ojos con motas verdes me escanean el rostro.

Némesis el origen [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora