Capítulo 9.

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¿Premio o castigo?

Brooke.

Doy otro sorbo a mi taza de chocolate caliente mientras espero a Ekatherina. La mansión se ve más hogareña sin tanto adorno y gente de servicio.

En algunas Mafias se acostumbra a tener sirvientes y durante años en la Bratva se sometían a mujeres, se tenían sumisas tanto para cosas de la casa como para complacer sexualmente. Por lo que he podido observar en los días que he estado viniendo eso ya no se practica, o al menos no en casa de Ekatherina.

—Lamento hacerte esperar — llega agitada, se deja caer a un lado de mi apoyando su cabeza en mi hombro.

Apenas son unas cuantas semanas las que llevamos conviviendo pero ella me trata como amiga de años y aunque cosas así pueden llegar a incomodarme con Ekatherina es diferente.

—No espere mucho — aseguro — además el chocolate estuvo delicioso.

Se ríe separándose de mi y deja un beso en mi mejilla, su aspecto me dice que no ha estado del todo bien ya que ella siempre luce deslumbrante y el día de hoy no tiene gota de maquillaje, su cabello es un moño mal recogido y viste ropa deportiva.

—¿Todo bien Kathe?

Suspira y vuelve a dejarse caer en el sofá.

—¿Tan mal me veo?

—Si — se gira a verme sorprendida y no puedo evitar reír — perdón cariño, pero luces pésima.

—Lo sé, Nadia me dejó.

Hago una mueca, hace una semana conocí a la tal Nadia, demasiado desagradable a decir verdad.

—¿Porqué?

—Por ti — me volteó desconcertada — no quería que te siguiera viendo.

Miles de emociones se apoderan de mi, miedo a que me aleje, angustia.

Pero lo peor es cuando caigo en cuenta de que no es la misión lo que me preocupa.

—No se que decir Ekatherina,  llevamos alrededor de tres o cuatro semanas conociéndonos, tu y Nadia son pareja y se aman.

—No Elena, si ella me amara no me condicionará de esa forma, confiaría en mí.

Guardo silencio y nuevamente se recarga en mi hombro.

—Eres una hermosa mujer, tanto físicamente como internamente — no miento — mereces a alguien que te valore, te quiera y ame como tu lo haces. Si Nadia no puede hacerlo entonces no es para ti.

Solloza un poco y la rodeo con mis brazos tratando de consolarla.

—Tres años juntas — gimotea — tres años en los que aleje a personas, ya no puedo hacerlo, no quiero alejarte Lena.

Jamás había detestado tanto mi trabajo como ahora, me siento una mentirosa.

Eres una mentirosa.

—Y no lo harás Kathe, soy tu amiga y sabes que te apoyo — acaricio su brazo — el trabajo se suspende por hoy, vamos a arreglarte e iremos a bailar y a embriagarnos.

Se ríe y asiente ya más entusiasmada.

—Corre, solo tenemos como cinco horas para estar listas.

—Ve subiendo tengo que ir al baño — besa mi mejilla y se encamina al piso de arriba mientras yo me dirijo al pasillo.

Tomo el celular buscando el contacto de Logan y pulso llamar antes de abrir la llave del lavabo.

Liebe — no puedo evitar sonreír, últimamente me gusta mucho el apodo.

Némesis el origen [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora