Capítulo 17.

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Perdiendo el control.

Brooke

—Con más calma — se queja Zeus cuando golpeó con fuerza una y otra vez las manoplas — Némesis, espera.

Lo escucho pero mi cuerpo reacciona por sí solo, suelto golpes y él levanta los brazos cubriéndose cuando le propinó un puñetazo en la cara.

La rabia me tiene cegada y no se cuantos golpes más doy hasta que siento que me toman de la cintura alejándome.

—¡Cálmate! — el pecho me sube y baja frenético, Logan me sostiene los brazos y es cuando caigo en cuenta de que tengo a Zeus acorralado contra las cuerdas y que la nariz le sangra.

—Perdón… — me alejo con brusquedad — lo siento mucho.

Bajo del ring, me siento aturdida,  me deshago de los guantes adentrándome al vestidor.

Las manos me tiemblan, me tomo la cabeza recriminándome el no tener control. Deje que la rabia que vengo sintiendo desde la cena en casa de los Sokolov me dominará.

Me estoy desquitando con quien no debo, toda la semana he estado de mal genio y quienes han pagado por eso son los reclutas que están a mi cargo, incluso esta mañana le grite a Afrodita.

—¿Qué demonios te pasa? — me enderezo al escuchar su dura voz.

Nuevamente el fastidio me invade. No respondo simplemente me pongo de pie y comienzo a deshacerme de la ropa dispuesta a darme una ducha.

—Le estoy hablando soldado — me giro furiosa.

—Me pasa que eres un imbécil, toda la semana me has dejado plantada — le arrojo el top deportivo en la cara — en primer lugar yo no quería participar en esto, fue tu idea, me lo ordenaste. Y ahora eres tan inmaduro que no puedes separar el que cogiéramos y que te comportaras como idiota con el puto trabajo.

—No me hables de ese modo.

—Te hablo como quiero, yo no haré el puto ridículo, quiero ganar las olimpiadas y si a ti no te importa me busco otro compañero y ya está.

La mandíbula se le endurece y se acerca a pasos agigantados a mi, me mantengo firme a pesar de que estoy desnuda de la cintura para arriba.

—Cuida el tono con el que me hablas — me toma del mentón haciéndome daño  — deja el puto drama que tu y yo no somos nada.

Siento como si me hubiera escupido a pesar de que lo que dice es verdad.

—Las escenitas guárdatelas para tu “prometido”  — me le suelto — soy tu superior y me respetas, las olimpiadas las juegas conmigo y ya está. No necesito de tu autorización ni supervisión, así que controla tus emociones y se lo que eres: un soldado.

Sale dejándome temblando de rabia. Siento un nudo formarse en mi garganta y mis ojos llenarse de lagrimas.

Me da coraje el sentir esto, no entiendo el porqué y claramente no me gusta. Necesito quitarme esta sensación a como de lugar, necesito sacar a Logan Stone de mi sistema ya que de mi vida no puedo.

Me meto a la ducha bañándome con agua helada, desde que estoy en Rusia mi vida ha sido un subidón de emociones, todo ha sido tan brusco que me abruma, de repente tengo amigas y lo que creo sería mi mejor amiga, tengo más intereses y por lo que vi en aquella cena ya hasta una enemiga me gane.

Necesito volver a aclararme mis objetivos, necesito volver a ser yo.

Trenzo mi cabello una vez estoy en mi habitación, me coloco la peluca color azabache y un vestido plateado.

Némesis el origen [+21]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora