One-Shot's Levi Ackerman × Seme Reader Female

🌹Amor de infancia🌹

La sangre goteó por el cuchillo que sostenía en su mano, la adrenalina se hiba poco a poco de su cuerpo, respirando con regularidad mientras el enojo abandonaba su ser.

Volteó sobre sus pies hacia la persona que estaba detrás suyo, acercándose a ella para extenderle su mano, volviendo su mirada más suave a diferencia de hace unos momentos.

-¿Estás bien? -. Preguntó, observándola fijamente.

Las facciones tan definidas del niño la hacían temblar por tanta hermosura, agradecía al de arriba por cruzarla en el camino de este "criminal", por ser la amiga de semejante muchacho que seguro se volvería super atractivo cuando grande.

-Si... -. Susurró, tomando la mano del otro para tener apoyo y levantarse.

Un doloro punzante en su hombro derecho la hizo quejarse levemente, mordiéndose el labio y frunciendo el ceño, llamando la atención del contrario, quien la observaba tan atentamente.

El golpe dado por ese maldito hombre mayor la había lastimado, estaba agradecida de que Levi lo hubiera matado antes que ella porqué sino lo hubiese hecho polvo.

-T/n, ¿Estás bien? -. Tocó la mano de la niña con suavidad, observándola a la espera de una respuesta.

-Si, si, estoy bien, solo es un pequeño dolor en el hombro. No te preocupes, Levi... -. Al terminar de hablar observó el rostro serio del más bajo y una gotita de sudor se deslizó por su mejilla.

-Vamos -. Tomó con fuerza la muñeca de la (c/c), arrastrándola por las calles para dirigirse a su guarida.

Caminaron a paso rápido por toda la cuidad, hasta encontrarse con un callejón y entrar ahí, topándose con una puerta que ambos conocían bien.

El pelinegro abrió la puerta rápidamente en cuanto estuvo cerca, metiendo bruscamente a la contraria adentro, sentándola en su sofá desgastado.

Él, por el contrario, fue a buscar en los estantes cerca de ahí algo para ayudarla con las heridas. Pasados unps minutis de revolver todo encontró por fin la caja que tanto buscaba, al abrirla tomó con prisa el pequeño rollo de vendas que meses antes había comprado.

Cuando tuvo todo listo se paró en frente de T/n mirándola seriamente.

-Quítate la camisa -. Levi se confundió enormemente cuando el rostro de su compañera se pintó de rojo.

-Está bien... -. Susuró avergonzada, haciendo lo que le pedía.

Con sumo cuidado, por su hombro, se quitó la camisa, dejando a la vista las diferentes cicatrices en su cuerpo.
Cerca suyo escuchó el bajo suspiro cansado de Levi.

Pronto las vendas se enrollaron sosteniendo su hombro, pasando por su pecho para más sostura. Haciendo muecas de vez en cuando por el dolor de mover mucho su articulación.

-Lo siento... -. Levi se disculpó.

-¿Eh? ¿Qué? ¿Por qué? -. Preguntó confundida por tales palabras.

-Por no poder protegerte.

-¡Oye, no! Esto no es nada grave, tranquilo. Es algo que hiba a pasar inevitablemente algún día -. Sudó frío al escucharlo decir eso.

-¿No estás molesta? -. Insistió.

-No, de verdad estoy bien -. Sonrió despreocupadamente, agitando su mano izquierda para restarle importancia al asunto.

Estiró sus brazos hacia ella, pasándolos por su torso para abrazarla y aspirar su aroma estando una vez cerca de su cuerpo.

Sintió las caricias en su cabeza que le daba con la mano del brazo en buen estado.

Sonrió levemente.

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Tomó un sorbo del rojo líquido que estaba en el recipiente que sostenía su mano derecha, gracias a la bombillita que estaba en el vaso le fue más fácil beberlo mientras apoyaba su cabeza en el hombre de la mujer a su lado.

T/n definitivamente se había vuelto una mujer extremadamente hermosa, y eso que recién tenían quince años. Como consecuencia tuvo que estar más al pendiente de su amiga para que ningún hijo de perra se quisiera propasar con ella.

Confiaba en las habilidades de T/n a la hora de luchar, durante todos esos años le demostró que era fuerte y que no necesitaba de su ayuda.

Pero su corazón le impedía estar lejos de ella, había algo dentro suyo que le rogaba que jamás la dejara sola, como si fuera a perderse para nunca encontrarla más.

La odiaba por hacerlo sentir de esa manera, pero la amaba tanto como para nunca reclamarle por sus sentimientos. Sin importar las mierdas que hiciera siempre la hiba a elegir por sobre todo, incluso por encima de sus principios.

T/n es como su madre, es su todo. Ella representa su familia y es lo único que le queda en el mundo.

T/n es esa parte de su vida que le da felicidad y ganas de vivir. Aunque esos sentimientos parecían no tener ningún valor para ella, almenos desde su punto de vista.

Ella siempre se ponía en riego y buscaba pelea en donde fuera, no podía quedarse quita, como una gran lombríz. ¡Ah! Olvidó mencionarlo, T/n es más alta que él.

Por eso hasta la posición en la que se encontraban era díficil para su pequeño cuerpo.

Sus ojos grises observaron a la chica con detenimiento, pero sintió su mundo de patas cuando ella le devolvió la mirada, pero de diferente manera. Parecía divertida y a la vez confundida.

La vio abrir levemente su boca y la entendió al instante, sacó la bombilla de su boca y la acercó hacia los labios de la contraria, quien gustosa probó el líquido.

-¡Un aplauso para esta pareja que está enamorada! -. Gritó cerca de ellos la voz femenina de una conocida de ambos, Isabel.

-T/n es la única con la que tienes ese tipo de cercanía, que envidia -. Farlan dijo en tono burlón.

-¡Ay que viva el amor! -. Isabel siguió gritando.

-No grites, mocosa -. Pidió nervioso mientras sorbía fuertemente del líquido.

-¡QUE VIVA EL AMOR! -. Esta vez Farlan se unió a los gritos de la colorada.

De pronto sintió que se ahogaba y por consecuencia empezó a toser descontroladamente, como si se fuera a morir.

T/n entre risas le palmeaba la espalda en un vano intento por "calmarlo". Su rostro tomó un ligero tono rojo, ¿Por qué ella tenía que verlo hacer el ríduculo?.

De fondo a la "pareja" las estruendosas risas de Farlan e Isabel llamaban la atención de la gente que pasaba.