Capítulo X: La charla

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"Carajo" pensó. De todas las personas, Edgar es con quien menos tenía ganas de lidiar ahora.

     Sin embargo, al deslizar el mensaje para borrarlo, sin querer lo abrió. Ahora si no le contestaba iba a dejarlo en visto.

     "Mierda" farfulló irritada. No tuvo de otra, así que leyó el mensaje rápidamente. "Una salida al cine. Qué original" pensó rodando los ojos. Sin embargo, al leer más del mensaje, se sorprendió de que no fuera una estúpida película romántica. A Bibi le fascinaban las películas de terror, era otro de sus gustos muy personales, así que aceptó, inconscientemente, con una sonrisa en el rostro.

     Luego mandó otro mensaje, afirmándole que era una cita, y diciéndole guapo como coqueteo. Bibi odiaba esos piropos clichés y sosos, pero era lo que a los hombres les gustaba escuchar de una chica.

     Después fue al chat de Fang. Nuevamente se quedó dubitativa, pero le terminó escribiendo. El mensaje que le había enviado a Edgar solo incrementó sus miedos.

     "Hey, viejo, ¿podemos vernos mañana en el centro deportivo?"

     No quería dar detalles del por qué, así que esperaba que Fang no fuera a interrogarla. Por suerte, el chico solo dijo que sí, y que la vería mañana a mediodía. Bibi suspiró. Pensó mucho en las palabras que le dijo Piper en la mañana. Quizás, solo esta vez, necesitaba algunos consejos.

     Trató de dormir, y aunque seguía inquieta, trató de calmar su mente alborotada pensando en que mañana lo resolvería. Odiaba no poder dormir bien por pensar en idioteces.

     A eso de las 10:00 a. m. del día siguiente Bibi estaba comenzando a desayunar un simple yogur con cereales. Luego simplemente se vistió, cargó su uniforme en su bolsa deportiva y salió. Al llegar al centro deportivo todavía era algo temprano, así que inquieta, buscó un bat y se puso a practicar su swing. No pasó mucho tiempo para que Fang se apareciera.

     —Hola hola, capitana —saludó el chico peli-azul saliendo detrás de la bodega arrastrando un cesto de pelotas — ¡Piensa rápido! —avisó lanzando una pelota que tenía en la otra mano. Bibi alcanzó a reaccionar y bateó la bola, lanzándola fuera del rombo del campo— Eso fue un foul —anunció el chico con una sonrisa. Fang sí que sabía divertir a Bibi.

     —Bah, me tomaste por sorpresa —contestó poniendose el bat en el hombro— ¿Vas a ayudarme a practicar? —interrogó levantando una ceja. Nada era mejor para practicar el swing que con un lanzador.

     —Sí, suena a una buena idea. También yo necesito practicar mis lanzamientos —respondió. Ambos estuvieron practicando un buen rato, Fang lanzaba las pelota y Bibi bateaba. La asiática demostraba el porqué era la bateadora estrella de los Cool Cats, bateado cada una de las bolas que le mandaba el peli-azul. Algunas hits, otras foul. Finalmente Fang rompió el silencio.

     —¿Y bien? Supongo que no me citaste solo para practicar —inquirió lanzando otra bola. Bibi no perdió la concentración y bateó de nuevo. Hit.

     —Bueno, no... —respondió en un tono bajo. Antes de que se lo recordara, había olvidado el porqué había pedido al chico verse en primer lugar. El solo pensar en eso la ponía intranquila.

     Fang guardó silencio por varios segundos mientras tomaba otra pelota del cesto. Luego, se preparó para lanzarla.

     —¿Se trata de ese chico? —preguntó lanzando la pelota. Bibi se desconcentró un segundo, y fue suficiente para no poder reaccionar a tiempo. Strike.

     La peli-negra se quedó pasmada por un momento, y tardó un par de segundos en responder.

     —¿Cómo supiste?

How To Be A Heartbreaker (Bibi×Edgar)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora