Hoy solo se escuchaba el bajo de una guitarra junto a un baterista inexperto. Se conocían desde hace tiempo y se reían con timidez mientras seguían practicando esperando a que más de su grupo se uniera. Desde la lejanía los observaba sentada en el banco que había en el medio de aquel parque.
Me había retirado los auriculares. No me molestaba que entonaran mal algunas notas, de hecho, sonreía al ver cómo seguían intentándolo. Insistían, y eso era lo que valoraba en los demás, sobre todo en mi padre.
Salía a las ocho de la noche, cuando las farolas empezaban a brillar, volviéndose todo en un color verdoso a la vez que los robots eran más discretos con su trabajo.
Sentía el aire frío de la noche. Lugares como este eran los que lograban mantener mi mente tranquila. Las hojas se movían a un constante ritmo de una canción lenta hacían que valorara la importancia de la naturaleza. Tan escasa, tan poco apreciada. Solo rodeada de tecnología que evolucionaba sin control. Lo que una vez fue de Ic'nes, podía pasar para Oic, pero nunca acabaría en En'rec, a no ser que cometieran delitos.
Miraba el cielo oscuro donde la Luna brillaba en un color más fuerte que las anteriores veces. En principio hoy era la noche más hermosa, una en donde las estrellas bailarían alrededor para venerarla. Según Miles, decía que ahí fuera cada elemento tenía consciencia, que las lunas eran parte de algún tipo de deidad al igual que los soles.
Teorizaba mucho y fantaseaba demasiado, era algo que siempre le dije, ¿quién podía pensar en esas tonterías? Solo él, y sus motivos eran porque nunca podíamos asumir nada. No conocíamos lo que podía haber ahí fuera. Éramos rodeados constantemente bajo una capa de misterio emocionante o peligrosa.
Cerré mis ojos hasta que pude escuchar una vez más la nota mal entonada del guitarrista. Risas se oyeron de fondo. Miré hacia el edificio de gran altura que había a mi derecha, posiblemente de unos cincuenta metros de altura. Su tecnología dejaba en claro que era el más prestigioso porque se encontraba una de las empresas que se encargaban de controlar todo lo que había en los móviles.
Mi padre era uno de los que vigilaba lo que se subía en las redes sociales.
—Está tardando —murmuré mientras miraba el reloj de mi móvil—. ¿Otra vez trabajando a deshoras?
Mi padre era testigo de las desgracias y asquerosidades que toda la gente se atrevía a subir. Él, se encargaba de eliminar videos en la zona de Oic, aunque en su momento de otras ciudades. No solo eso, también era encargado de solucionar problemas de pirateo, pérdidas de cuenta, estafas y muchísimos más problemas que acababan con su paciencia.
Eran tenía cerca de un millón doce mil seguidores, y podía ir subiendo más por un sistema de pago que daban las empresas cada mes. La forma de pagar aquí no era con dinero como tal, sino con fama.
Era un sistema incómodo, al menos para mí. La forma en cómo pagaban era mediante seguidores falsos. Si uno conseguía llegar a los diez mil seguidores nuevos, un holograma azulado aparecía enfrente. Ahí aparecían los bonos que más de una vez ignoraba.
El sistema funcionaba, pero la fama dependiente de un trabajo no iba a durar para siempre, solo si trabajabas para ellos. Si abandonaba, progresivamente iba bajando al igual que uno perdía las ventajas añadidas.
Todos presumen ser felices cuando tienen dinero, pueden sentirse libres, pero sin enfadar a sus jefes porque saben las consecuencias que hay detrás.
Al recordar los bonos, moví mi mano derecha hacia un lado, apareciendo el holograma del que me hizo suspirar de cansancio.
—Qué fastidio, tengo más de 20 bonos sin usar. —Miré con atención. Podía conseguir varias opciones que me hacían arquear la ceja—. Más dinero. Tengo muchísimo dinero en mi banco y necesito ahorrarlo si quiero ayudar en casa. No sé si arriesgarme a gastar dos de esos bonos. Luego, más salud. Por el momento no necesito más, puedo aguantar todo tipo de enfermedades comunes. Más velocidad, resistencia y fuerza. Ni que fuera a ser un atleta profesional. Por último, más inteligencia y tiempo de vida...
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I - Las pruebas de la muerte [G.O] #PGP2024
Science Fiction¡Ella es Nilia, nuestra salvadora! Repetían esas palabras sin parar mientras miraba todo lo que me rodeaba. Yo solo quería un mundo tranquilo, uno donde las tres ciudades: Oic, Ic'nes y En'rec; pudieran estar en paz a pesar de sus diferencias como s...