Capítulo 22: Cruda realidad.

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Enfrentarme a la Muerte. Una idea tan escalofriante que me obligaba a apretar el martillo con fuerza. ¿Era honesta con lo que decía o estaba jugando conmigo?

—¿Qué me tienes preparado? —pregunté, manteniéndome aun alerta.

—Pronto entrarás a la tercera fase, asimilación. Quiero ver como eres capaz de llevar todo esto, empezando conmigo. ¿No es divertido? —comentó la Muerta con una ligera risa.

Arqueé un poco la ceja, dudando de su palabra.

—Oh, no me mires así. Te enfrentarás a mí en una prueba, pero no de pelea. Así que puedes guardar el martillo. Prometo que no seré cruel ni te haré daño —aseguró la Muerte.

—Júralo —murmuré.

La Muerte ladeó la cabeza hacia la derecha.

—Lo juro por los Números, querida. Créeme que eso es mucho más de lo que tu mente puede comprender. Una promesa irrompible.

No comprendía porqué a los Números. Quería creer que era por su veracidad e infinidad, como prometía ser conmigo. Ante esto pude relajarme, soltando el martillo.

—Genial, aunque antes de empezar con la prueba, quiero atosigarte con unas preguntas —continuó la Muerte en un tono divertido.

«Genial. Gracias, supongo».

—Dime, Nilia, ¿qué es el equilibrio para ti? —continuó, mirándome con interés.

—El bien y el mal. Una balanza donde toma las acciones que has hecho durante tu vida.

Afirmó con su cabeza.

—Exacto, y dime, ¿hay opciones de que existan seres completamente buenos o malos?

Fruncí un poco el ceño.

—¿A qué quieres llegar con esa pregunta?

—Tu verás donde quieres llegar con la respuesta que me des —contestó con cierto vacile.

La miré desafiante, para al final soltar un suspiro.

—Bien y mal puro es... complicado de encontrarlo. Es más probable ver variantes de más bien que mal o al revés, incluso un equilibrio como mencionaste, pero la pureza del bien y la pureza del mal es algo poco probable.

Me observó durante unos segundos para al final afirmar.

—Perfecto. Me gustan tus respuestas, en su momento solía debatirlo con mi antiguo compañero. Una pena que muriera.

—¿H-Hablas del Tiempo? —pregunté, impactada.

La Muerte se rio de mí.

—Oh, no. Ese aún tiene que darme mucha guerra. Yo hablaba de un antiguo amigo, uno admirable —contestó con total calma, mirándome con detenimiento—. Me alegra que hayas estado estudiando en esas tres horas. Veamos si han servido de algo con lo que te enseñaré ahora mismo.

Con un movimiento sutil de su mano derecha, una la llama de un fuego de colores azules y violetas apareció. Tomaba una forma circular, una que se concentraba hasta ser una esfera perfecta.

—Acércate, sin miedo.

Obedecí, y una vez cerca, la llama se acercó hacia mis manos, como si deseara que yo la contuviera. Confundida, levanté un poco mis manos solo para ver como la llama inundaba mis manos, subiendo hasta mis brazos.

No me dolía ni me quemaba, pero si me quedaba sin palabras al ver tras las llamas unas imágenes en movimiento. Era una joven chica que, por alguna razón, tenía rasgos propios de un conejo.

I - Las pruebas de la muerte [G.O] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora