No sabía bien cuánto tiempo había pasado, ninguno de nosotros podíamos saber la hora. Los móviles no funcionaban. Esperábamos en el pasillo de colores oscuros, como si fuera el interior de un castillo cuyas luces se mantenían flotando. Capaz mediante algún dispositivo moderno que desconocíamos.
Estábamos sentados en los asientos hechos de cuero y piel. Por muy suaves y cómodos que fueran, no nos sentíamos tranquilos.
Zigor se mantenía a mi lado mirándome como si temiera lo peor, pero intentaba calmarle. Nada malo le podía pasar a Kilian. Después de todo los demás participantes salieron sin heridas, ¡ni si quiera se acordaban de las pruebas! Lo consideraba como algo bueno, porque perdiera o ganara, iba a salir todo bien.
O al menos es lo que decía para engañarme, pues aún me acordaba de la prueba, pero no podía decirlo.
A punto de hablar, una puerta se abrió, dejando pasar la luz blanquecina junto a una figura de un chico joven que se tambaleaba de un lado a otro, tosiendo con fuerza.
—¡Kilian! —grité.
Fui la primera en correr hacia él para agarrarle. Vi como lloraba, susurrando palabras que no pude comprender.
—Kilian ha podido superar la prueba, siento que vuestra espera haya sido muy larga —anunció el mago—. Cuando estéis listos, podéis avanzar a las siguientes pruebas.
—¿¡De qué vas?! —pregunté—. Dejas aquí a Kilian hecho polvo y ahora nos apuras a ir a las siguientes pruebas cuando él apenas pudo descansar.
Mis quejas no fueron respondidas, logrando que mi enfado fuera a más, pero ¿qué podía hacer? Después de todo estábamos encerrados, y si teníamos que mirar sobre quién tenía la culpa, sería nuestra por haber aceptado sin ni siquiera preguntar por las condiciones.
—Nilia —murmuró Kilian, agarrando mi mano—. Puedo seguir adelante.
—¿Qué? Bromeas.
—No, Nilia, no sé cuánto tiempo he estado ahí dentro y os hice perder vuestro tiempo por mi culpa, si seguimos así, se nos hará de noche y si mis padres se enteran que estoy aquí...
—¿¡No les dijiste nada!? —interrumpí. Kilian miró a otro lado—. Kilian, ¿por qué no les enviaste un mensaje?
—Yo...
—No, de hecho, les avisarás, como no se enteren van a...
—¡Nilia! —chilló, dejando que las lágrimas salieran de sus ojos—. Mi maldito móvil se rompió en las pruebas, ¿¡vale?! De pensar que voy a bajar tantos seguidores, de que no recupere mi maldita cuenta... ¡Por eso quiero apurarme! ¿¡Vale?! ¡No quiero morir perdiendo el tiempo! ¡Quiero avanzar y si no lo consigo, obtener un nuevo móvil para no perder nada de lo que tengo!
—Es una broma —murmuró Miles—. ¿Cómo se te ha roto?
—¡Lo peor es que no puedo decirlo! ¿¡Vale?! ¡Algo me lo impide! Aunque me da igual. Lo que importa es que, si no tengo un móvil nuevo, perderé todo porque no me acuerdo de mis cuentas ni mis contraseñas.
No sabía a dónde mirar ni que hacer, pero sentía que todo se me iba nublando mientras mi cabeza se dirigía hacia las cuatro puertas abiertas para cada uno de nosotros. Ese mago le destrozó su móvil y ahora estaba jugando con nosotros.
Lo había pensado bien. Cada prueba sería distinta para nosotras, pero no podíamos decirlo. El asunto era, ¿cómo? ¿Cómo hacía para leer nuestra mente? ¿Cómo hacía para que no pudiéramos decir ciertas palabras? Había un punto en el que la tecnología no podía llegar a tanto, me parecía imposible.
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I - Las pruebas de la muerte [G.O] #PGP2024
Science-Fiction¡Ella es Nilia, nuestra salvadora! Repetían esas palabras sin parar mientras miraba todo lo que me rodeaba. Yo solo quería un mundo tranquilo, uno donde las tres ciudades: Oic, Ic'nes y En'rec; pudieran estar en paz a pesar de sus diferencias como s...