Capítulo 2: Morir.

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No sabía bien cuánto tiempo había dormido, pero me desperté justo cuando la hora del descanso había llegado. Con un bostezo sutil, me levanté para reunirme con mis amigos en la cafetería para hablar de distintos temas, o mejor dicho, sobre Ic'nes.

—Dime que harás fotos de la ciudad —pidió Kilian con emoción.

—Pero ya hay miles en redes —respondí algo gruñona.

—¡Venga Nilia! ¡Fotos o un directo! Si lo haces pegarías una subida de seguidores brutal! "El bicho raro regresa, ¡en Ic'nes!" Sería impresionante —insistió.

Mis ojos rodaron a otro lado ante sus palabras.

—No, Kilian.

—Pues si no eres tú, será tu madre —contestó un tanto infantil.

No me hacía gracia que supieran que iba a vivir en Ic'nes. Mi madre le contaba a todo el mundo sobre lo que hacíamos cada día en casa. Como dije, la intimidad era algo primordial, tanto que se lo comentaba al primero que se contaba en la calle o cuando abría directo desde ese móvil.

—Dime que lo harás.

—Ajá —respondí, observando la hora de mi móvil.

—Al menos por Zigor, sabes que a él le gustaría verlo y no tiene la oportunidad de contemplarlo desde su móvil porque no es de buena calidad.

Observé de reojo a Kilian. Siempre tenía que usar a Zigor como excusa.

Sabían que no me hacía ilusión ir a esa ciudad. Era un sitio donde la extravagancia abundaba. Los colores más chillones dejaban ciego a cualquiera y uno no podía respirar ni cinco minutos porque se escuchaban gritos para llamar la atención.

La zona privilegiada. La gran y envidiada ciudad de Ic'nes. Solo los que tienen un millón de seguidores pueden acceder ahí. Un número que no todos tienen y que mantenerlos era muy complicado. No como en mi caso que a mi se me conocía como una broma o un bicho raro.

—Me sorprende que aun sin hacer vídeos ni directos puedas mantener tantas cifras —comentó Kilian, moviendo la manga de su chaqueta para mostrarme sus números—. ¡Mira! Yo tengo solo cien mil doscientos, y aun me cuesta mantenerlos. Tengo que hacer esta tarde un directo sobre videojuegos y hacer un escándalo, fingir que soy el mejor. Pensé incluso en tomar una actitud agresiva, decir algo así como "¿cómo que esto es un juego?"

Arqueé mi ceja ante su comentario sin saber bien qué decir porque no era conocedora de los videojuegos. Si era sincera, me dedicaba más a otras cosas como lo que enseñaba Miles y otros profesores de la ciudad de Oic o la música.

—Vosotros aún tenéis gentes que os ves, a mi se me rompiós el móvil...

Zigor no se le veía muy contento. A diferencia de nosotros, él podía mostrar sus números en su cuello y la cifra era preocupante: doscientas personas, y bajando. Solamente lo conocía gente de su barrio, y si no hacía vídeos, se quedaría encerrado en En'rec para siempre.

—Pero prontos obtendré unos —continuó Zigor con cierto entusiasmo—. Tengo memoria de las contraseñas de mis cuentas, puedos seguir con mi ideas de hacer videos sobre cómo es vivir en las ciudad de En'rec. Quiero hacerlo al estilos paranormal, hablar como si fueras alguien misterioso, aunque en verdad no hay nada raro más que... delincuencias.

—Créeme que hay muchos que les interesa saber sobre la delincuencia o vídeos más violentos —respondí.

—No creos que les haga gracias ver la cara tan triste de esta ciudad, esos y que las propias plataformas prohíben los vídeos que sean muy violentos.

I - Las pruebas de la muerte [G.O] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora