Ya no estaban esos muebles y decoración cósmica, sino la oscuridad tenebrosa que me rodeaba. El martillo y mis capacidades iban a ser lo único que me mantendrían con vida.
—Esto será una maldita locura —susurré, sabiendo que mi experiencia en combate era muy baja. Tenía que ir con muchísimo cuidado.
Agarraba el martillo con mis dos manos. Era extraño, pero no pesaba tanto como creía, de hecho, podía sujetarlo con una sola mano si quería. La ligereza que poseía me dejaba atónita. ¿Acaso serían los bonos? Debía serlo. La cantidad de números que tenía me dejaba sin palabras. Menos mal que Kilian me hablaba mucho sobre las ventajas de este estilo en videojuegos.
—¡Y recuerda! Proporciona bien las ventajas en los videojuegos a no ser que quieras ir a tope a una cosa, pero no es recomendable.
Seguía atenta mientras pensaba. Fuerza, resistencia y velocidad. Los tres me eran necesarios, aunque sentía que me hacía falta algo más para esta prueba. Con mi mano derecha, iba aumentando los bonos con la mayor rapidez que podía hasta que escuché algo a mi izquierda.
Era como gotas de aguas cayendo contra el suelo, pero el impacto era pesado, tanto que resonaba en toda la sala. Girándome, vi desde la lejanía a un ser de ojos entrecerrados de color blanco.
«Ese es mi enemigo».
Corrí en su dirección aun sabiendo que la oscuridad me rodeaba. Con el martillo traté de golpearle, pero mi intento fue nulo cuando este se movió a una velocidad mayor a la mía.
«¿¡Dónde...?!»
El golpe brusco a mis espaldas hizo que rodara e impactara contra el suelo. Me quejé y traté de levantarme, viendo la apariencia del ser que ladeaba su cabeza hacia la izquierda.
No tenía una forma estable. Era líquido y sólido. Piel oscura, una que se derramaba infinitamente de su cuerpo. Su sonrisa dejaba en claro la maldad que poseía junto a esos largos colmillos. Me mordía, me arañaba o me golpeaba, y posiblemente acabaría con heridas difíciles de sanar.
«Debo administrar los bonos a más salud. Capaz eso evita alguna enfermedad que pueda transmitir».
Quise mover mi mano derecha, pero el monstruo se movió rápido hacia mi brazo con tal de morderlo. Pude apartarme a duras penas, para luego darle una patada.
La sensación era escalofriante. Era intentar darle una patada a un globo lleno de agua. Parte del líquido que desprendía quedaba en mis zapatos, lo que me obligó a moverlo para que nada me hiciera.
Y lo peor no era eso, sino que al respirar, el hedor a diversos químicos hizo que mis ganas de vomitar aparecieran. Cubrí mi boca con mi mano, manteniendo mi atención a ese monstruo.
—Maldita cosa asquerosa...
Entendió mis palabras, o eso suponía al ver cómo iba de nuevo hacía mí. En esta ocasión cerré mi boca para agarrar el martillo, bloqueando uno de sus ataques. Cuando cayó contra el suelo, le daría un martillazo en un lateral. El golpe era fuerte, tanto que saldría directo contra las paredes y estamparía como si tiraran un cubo de pintura.
Respiré por la boca, aunque por desgracia el hedor existía. Contuve mis ganas de vomitar y miré hacia el martillo. Los colores brillantes verdosos que desprendía me parecían interesantes.
—Debes tener muchos secretos. Espero que luego me digan las capacidades que tienes —susurré, mirando hacia la mancha de la pared—. Debería... estar muerto.
Fijarme solo en aquel monstruo no fue buena idea. A mi alrededor varios sonidos iban apareciendo. Gotas de agua pesadas, gruñidos que demostraban su sed de sangre y garras que rasgaban las paredes. Había muchos, decenas posiblemente.
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I - Las pruebas de la muerte [G.O] #PGP2024
Science Fiction¡Ella es Nilia, nuestra salvadora! Repetían esas palabras sin parar mientras miraba todo lo que me rodeaba. Yo solo quería un mundo tranquilo, uno donde las tres ciudades: Oic, Ic'nes y En'rec; pudieran estar en paz a pesar de sus diferencias como s...