Capítulo 18: ¿Quiénes somos?

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—¿Qué estoy viendo?

Todo lo que veía era demasiado para procesarlo. Era lo había visto en las plataformas, libros digitales y una vez en persona, pero el tamaño que tenía parecía ser gigantes ante esos troncos robustos muy bien cuidados.

Estaba en un bosque, uno que contenía miles de secretos.

Sus colores eran vivos y creíbles. No tenían punto de comparación con aquel parque que veía en ocasiones. Este era distinto por como el camino de piedras que me guiaba, rodeado por todo tipo de vegetación hacían frenar mi paso, observándolas con una clara admiración en mi rostro.

—Es una pena que no pueda verlo con Zigor —murmuré, mirando hacia un lado, donde seguía el camino—. Espero al menos que tenga una prueba similar a esta.

Quieta, me fijé en la cantidad de animales que se movían con total libertad de un lado a otro, pero sin acercarse demasiado a mí. ¡¿Así se veían?! Porque no tenían nada que ver con lo que había buscado. Sus apariencias coloridas y diversas me dejaban maravillada junto al sonido de la vida que el propio bosque emitía.

Parecía... un mundo donde solo ocurrir en mis sueños.

—Aun así, no debo distraerme —susurré, levantándome—. Esto es una simulación, aunque sea tan precioso, debo tener en cuenta que es una prueba o varias.

Daba pasos inseguros, mis manos temblaban y miraba a mi alrededor, tomándome el tiempo de analizarlo. Aunque fuera una simulación, parecía todo tan real, ¿cómo era posible que aquel mago proyectara todo esto a la perfección? ¿Cómo había creado algo tan increíble? Sentía envidia porque daba la sensación de que solo su mente era capaz de crearlo y con ello mostrarlo.

—Aún tengo que saber quién es —murmuré con seriedad—. Rico, poderoso y con una gran imaginación junto a miles de preguntas extrañas. ¿Qué busca ese señor con todo esto?

El viento movía en ocasiones la chaqueta, obligándome a abrigarme un poco más mientras me acercaba a uno de los árboles que tenía a mi derecha.

—Dudo que esto sea tan real.

Cuando mis manos tocaron el tronco, sentí la aspereza de esta. La retiré de inmediato, abriendo mis ojos sin poder creérmelo. ¿Cómo podía esta simulación dar unas sensaciones propias de un bosque puro? ¿Cómo era capaz de generarme ese cosquilleo al tocar algo que nunca había sentido hasta ahora?

Parecía ser incluso real, demasiado para ser verdad.

—Para que supiera esto, tendría que haber vivido muchísimos años. ¿Acaso es alguien que se alargó demasiado su vida? Acaso...

Mi mente pensó en Elior. No, era imposible que alguien como él creara todo esto. Podría ser muy rico y tendría muchísimo tiempo, pero ¿qué sentido tendría?

El viento movía las hojas, dejando pasar la luz del Sol tardío. Alcé mi rostro pensativo, dándome cuenta que necesitaba seguir avanzando para encontrar un lugar donde refugiarse.

El problema era que estos bosques parecían ser infinitos. Cierto que había muy poco, pero la sensación estaba en mi cuerpo al mirar de nuevo mi alrededor. No veía ni una luz distinta ni nada que me indicara un lugar seguro. Parecía ser como un laberinto.

—Aquí es donde empieza la prueba, ¿no? —susurré, avanzando con cierta prisa—. Pues este camino no parece que me lleve a nada.

Miré a otro lado con mi cabeza y decidí desviarme del camino de piedras. Capaz encontraría algún sitio donde esconderme durante la noche. Corría sin hacer caso a los ruidos inusuales que me rodeaban. Estaba centrada en mi misión, pero mis piernas se volvían más pesadas, lo que me obligó a frenar en medio de mi camino.

I - Las pruebas de la muerte [G.O] #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora