Mi padre hoy tenía una misión simple, pero complicada: Ir a comer en un sitio donde no fuera comida rápida y hecha con poca pasión. Para ello había que alejarse un poco de Oic, cerca de los puentes que conectaban con En'rec.
Según decía, en las afueras de la ciudad uno siempre se encontraba con los mejores restaurantes. La amabilidad era vista en el local que durante años habían aprendido lo que sus abuelos le enseñaron.
No le cuestionaba, a donde me llevaba a comer eran los mejores que mi paladar podía probar, y saber que iba a tener esa suerte, hacía que mi felicidad fuera creciendo mientras íbamos caminando por las calles de Oic.
—De pequeña Tani era un terremoto, creo que te lo dije, ¿no? —preguntó mi padre.
—Sí, me decías que siempre andaba de un lado a otro y que trasteaba con el maquillaje de mi madre —recordé.
—Sí, le empezó a gustar más cuando un día en clase tenían que llevar un maquillaje que representara un tipo de animal. Era para un concurso que hacían para los más pequeños donde el ganador conseguía algo de dinero para material escolar y unas pocas gominolas —explicó mi padre—. Ese día ganó Tani, y no sabes la emoción que tenía, descubriendo a su vez que el maquillaje junto a la moda era su pasión... Y luego naciste tú, la antítesis total.
Reí ante sus palabras, rascando mi cabeza con cierta timidez.
—Erais como perro y gato, aceite y agua, yo no sé cómo podíais dormir juntas en la misma habitación —admitió Eran.
Me acordaba bien de esos días donde mi hermana mayor y yo discutíamos por nuestros gustos u opiniones. Era una constante batalla en la que a veces mi madre sacaba partido mientras que mi padre trataba de calmar las aguas, pero de poco servía.
Aunque no siempre era así.
—Tani... —murmuré con cierta timidez. Habíamos discutido hace poco.
—¿Qué pasa, Nilia? —preguntó mi hermana, sin mirarme.
—Me... ¿Me puedes ayudar en estos ejercicios?
Tani giró poco a poco su cabeza hacia mi dirección, arqueando un poco la ceja.
—Ven aquí, anda. ¿De qué son los ejercicios?
—Biología.
Un suspiro salió de sus labios, dejándome un sitio para que pudiera tomar una silla y sentarme a su lado.
—Veamos, porque estoy algo oxidada —murmuró mientras miraba la pantalla donde estaba toda la información junto a los ejercicios—. ¿Has buscado antes por la red?
—Me decías que tenía que ir con cuidado con lo que buscara —respondí.
Tani afirmó mientras miraba la información que tenía el libro digital.
—Bien.
Mientras miraba las respuestas, estaría distraída con los pinceles y lápices de maquillaje que tenía en su escritorio. Era curioso. Si bien un robot podía hacer su trabajo, ella prefería comprárselo y hacérselo.
—Nilia, ¿me estás haciendo caso?
—Eh... No —admití, avergonzada.
Tani soltó un suspiro, y a punto de apagar el dispositivo, vio como mis ojos se fijaban en su maquillaje.
—¿Te arrepientes de lo que has dicho? —preguntó con interés.
—Sigo manteniéndolo...
—¿Pero? —inquirió Tani.
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I - Las pruebas de la muerte [G.O] #PGP2024
Ficção Científica¡Ella es Nilia, nuestra salvadora! Repetían esas palabras sin parar mientras miraba todo lo que me rodeaba. Yo solo quería un mundo tranquilo, uno donde las tres ciudades: Oic, Ic'nes y En'rec; pudieran estar en paz a pesar de sus diferencias como s...