~𝙴𝚕 𝚊𝚖𝚘𝚛 𝚍𝚎 𝚞𝚗 𝚙𝚛𝚘𝚏𝚎𝚜𝚘𝚛~ 𝙰𝚢𝚊𝚝𝚘 𝚡 𝙼𝚒𝚍𝚘

Capítulo 14

Narra Ayato:

Estaba en el club de cocina probando unos pastelitos que Amao había hecho. El cocinaba bastante bien y delicioso, pero no lo diría en voz alta.

—¿Que tal? —El parecía muy intrigado por mi respuesta.

—Muy bueno, puedo decir que te superaste... —Dije agarrando otro pastelito.

—¡Eso es maravilloso!, Que bueno que te haya gustado... —Dijo mientras agarraba una de mis manos.

En su cara se veía un sonrojo visible. Y apretaba mi mano algo nervioso. Me miro directamente a los ojos y suspiro.

—Creo que es hora de que te diga la verdad... —Puso una de sus manos en mi mejilla y la acarició—Ayato, tu me gustas mucho... Te amo, me enamoré de ti la primera vez que te vi, espero puedas aceptar mis sentimientos... —El se acercaba cada vez a mi.

De la nada en mi cabeza la imagen de Amao se asemejaba a la de Mido. Puse una de mis manos en su labio y voltee la cabeza con un sonrojo. Amao quedo confundido por lo que hice.

—No estoy listo... —Musite mientras dejaba el pastelito en la isla de la cocina y sali corriendo.
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Hoy iríamos a un campamento. Ya tenía todo listo en el autobús y justamente me había tocado sentarme al lado de Mido. Le ofrecí el puesto de la ventana pero el no quiso.

Cuando el autobús arrancó el parecía mareado. Cerraba los ojos y suspiraba,incluso podía verlo un poco más pálido. Estaba algo preocupado... El se veía muy inestable.

—¿Esta mareado? —Dije haciéndolo voltear a mi dirección.

—No, como crees... —El sonrió nervioso, y hice un gesto de que no me creía nada, el cual el entendió—Si, estoy mareado. Viajar en autobuses y autos me marea... —Dije tomando un poco de agua de su botella.

—¿No tiene pastillas para eso? —Dije mientras dejaba de prestarle atención al camino.

—Si, pero... No están funcionando—Dijo haciendo un gesto el cual parecía que se iba a vomitar.

—Tranquilo, respire e intente tomar otra, o ya tomó muchas? —Dije mientras ponía una de mis manos en su espalda.

—Ya tome tres... Creo no poder aguantar... ¡Chofer! —Al decir eso el chofer enseguida se paró y Mido salió disparado hacia afuera.

Vio el primer arbolito y se recargo de este. Todos veían la escena por las ventanas, y una profesora había bajado junto a Mido. Después de varias arcadas, Mido había vomitado.

—¡GUACALA! —Todos los que estaban en el autobús gritaron lo mismo.

Yo solo puse cara de asco y voltee a ver a otra parte. Incluso se podía escuchar los sonidos que hacia al vomitar, dándome ganas a mi también.

Después de esa escena tan asquerosa Mido se enjuago la boca con agua y tomo una pastilla. Se volvió a sentar a mi lado. El se veía apenado por lo que había pasado, pero tome una de sus manos y la aprete para después soltarla.

—Gracias... —Al decir eso puso su cabeza en mi hombro.

Después de un rato Mido había caído rendido. Ya no se veía tan pálido, y sin duda alguna se veía guapo mientras dormía...

¡¿Por que estoy pensando eso?!...

Suspire y empece a prestarle más atención a el camino. Parecía que nunca íbamos a llegar, y eso me estresaba por alguna razón.

Después de más de 3 horas, llegamos a nuestro destino. Era un campamento muy bonito y nos recibieron los encargados de este. Nos dijeron que los teléfonos no estaban permitidos, y que sólo los podíamos usar una vez a la semana y solo 2 horas. Muchos se quejaron pero, tendrán sus razones.

Después de entregar nuestros teléfonos, nos fuimos a las cabañas y se nos dio un uniforme. Tome un baño y me lo puse, el short era Exageradamente apretado, dejando mucho a la imaginación, pero la camisa era de mi talla.

Una vez que todos nos cambiamos nos dejaron explorar con libertad el campamento. Yo me senté en un tronco en una parte alejada de los demás. Estaba viendo un gusanito pasar, hasta que alguien puso sus manos en mis ojos.

—¿Quien soy? —Reconocería esa voz a donde quiera que fuera.

—Mido—Cuando dije eso el quito sus manos y se sentó a mi lado—Sabías que ese uniforme se te ve tan... Sexy... —El se mordió el labio y pude sentir como el calor se subía a mi cara.

—¡No diga tonterias si no quiere problemas! —Agarre lo primero que encontré, que fue un Palito, y se lo tire.

Ahora voy a tener que lidiar con este profesor día y noche.