Tantos sitios y solo pocas potencias circulando, en este mundo las Academias son lugares estrictamente cerrados donde solo ciertas personas tienen el privilegio de ingresar, al menos ese es el caso para Dark y Light Academia.
Dos mundos completament...
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-Por ende me complace a mí brindarles una grata bienvenida a las vigorosas instalaciones de Dark Academia- ahí estaba él desplazandose de un lado a otro sobre el escenario de lo que consintia el auditorio, un lugar gigantesco repleto de asientos en su totalidad, donde ahora se hallaban ubicados los recien llegados quienes ahora tenían toda su atención en aquel azabache.
Los aplausos no tardaron en llegar, entre estos San lograba visualizar los semblantes entusiasmados de los estudiantes, tanto chicas como chicos parecían susurrarse entre ellos, una acción de la cual el mayor ya intuía que aquellas conversaciones trataban sobre diversos halagos dirigidos a su gran físico o quizás se trataba de su alta imponencia careciente de dominio, aquel azabache no tenía duda alguna que la mitad de la sala se había mantenido concentrado solo en él y no en el discurso por el cual se paso casi media noche perfeccionando.
-Que perdida de tiempo- San bufó pesadamente observando hacia cualquier punto dentro de aquella sala, solo esperaba el momento indicado para irse de ahí.
Para el momento en que se dio cuenta, los estudiantes comenzaron a ponerse de pie y posteriormente abandonaron de a pocos aquella sala, sus ojos recorrieron vagamente por el lugar hasta detenerse por completo al captar a un chico muy conocido entre tantos, era aquel rubio del día anterior, mismo con quién logró congeniar tan solo con algunas palabras.
Sonrió inconscientemente al verlo salir emocionado con dos chicos más ubicados a sus costados, el castaño al cual logró reconocer fácilmente y otro chico más alto que sus dos acompañantes, parecían grandes amigos.
Con un último suspiro decidió bajar del escenario para marcharse y alejarse apresuradamente de ahí.
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-Así que ese tal San es el presidente de la academia?- pronunciaba Yeosang incrédulo a su propia pregunta.
-Él mismo lo ha confirmado- Wooyoung también se hallaba sorprendido ante tal declaración, jamás imaginó que su más reciente amigo tuviera un cargo tan importante en el lugar.
-Rayos, con quién me he metido?- Yeosang llevó ambas manos a su cabeza en señal de desesperación- ayer le hable de forma tan descortés, y ahora que sucederá conmigo?- preguntó dirigiendose al menor- seguramente arreglará cuentas para expulsarme lo más pronto posible de aquí.
-Yeo, no creo que suceda algo parecido.
-Yo sí- apresuró a decir Yunho emitiendo su propia opinión- quisiera asegurarte que estarás bien pero, no es de mi agrado mentir.
Esas palabras bastaron para que el temor del castaño aumentará, llevando una de sus manos para cubrir su boca y fingir así un pequeño llanto, quizás esté no estaba muy lejos de hacerse realidad. El menor fulminó a Yunho con la mirada haciendo que esté último volteara hacia otro lado sin borrar la sonrisa de sus labios.
