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Logan vio a Dalila dormir y no pudo evitar sentirse complacido por ello, porque la realidad era que estaba autenticamente feliz, algo que no sucedía en él desde hacía mucho tiempo.

Admiró su cabello alborotado esparcido sobre la almohada, sus mejillas rosadas, sus labios levemente abiertos y, finalmente, sus oscuras pestañas tocando su piel debido a que tenía los ojos cerrados en un sueño profundo y encantador. 

No estaba desnuda, no habían hecho algo más allá de besos apasionados, pero él se sintió satisfecho con solo eso. Claro que ella quiso seguir más allá y se lo dejó en claro, pero él solo quería un momento íntimo y lo tuvo. Cenaron, hablaron, se besaron, fueron a la habitación, se besaron un poco más y finalmente ella cayó dormida a su lado.

En ese momento agradecía sus sentidos de vampiro, los cuales le permitían percibir la respiración pausada de Dalila, como su corazón latía con suavidad e incluso lograba percibir el flujo de sangre correr por todo su cuerpo; sintió hambre, pero no sería capaz de morderla o siquiera decirle lo que era en realidad.

Era un vampiro, ella era humana, ¿Cómo es que se le había olvidado ese detalle? Tal vez porque cuando tenía a Dalila a su lado, solo era Logan Dollanger, una persona que no tenía divisiones o una estirpe.

¿Qué pasaría si llegaba a enterarse? No podría esconderlo para siempre y la verdad es que no quería porque era su realidad. Cuando iban a cenar, él no se saciaba con la comida que comía y siempre debía llegar a su departamento a beber una o dos bolsas de sangre, las cuales tenía en el refrigerador, ¿Qué haría cuando ella se despertara y preguntara por el desayuno? Podía pedir algo a domicilio, sin embargo, no tenía un vaso de agua para ofrecerle, ¿Y si abría el refrigerador y descubría la sangre?

Nervioso se levantó de la cama con cuidado procurando no despertarla, le quitó el brazo de debajo de la cabeza y ella solo emitió un pequeño gemido, pero continuó profundamente dormida. Al estar fuera de la cama, Logan se colocó los calcetines que en algún momento se quitó, después fue a la cocina.

Sacó las bolsas de sangre dispuesto a tirarlas, sin embargo, cuando abrió la primera y la apoyó contra el desague del lavabo se dio cuenta de que esta algo tonto, ¿Cómo iba a esconder su situación eternamente? La respuesta era simple: no podía. Era posible que aquello que tenía con Dalila no durara, como podía ser que dentro de diez años ella notara que él no había envejecido.

No podía guardarse esos secretos eternamente y tampoco quería seguir siendo egoísta pensando en sí mismo cuando había alguien más en su vida, no podía seguir negándolo o, lo que era peor, fingiendo que no existía. Él tenía un hijo, se llamaba Ryan Dylan Dollanger Benzon, era una realidad y, aunque ese bebé no lo supiera o lo conociera, él era su padre.

Fue hacia la mesa del comedor y tomó su teléfono, el cual descansaba a un lado del de Dalila, después llamó y esperó que la diferencia de horario hiciera que fuera una hora decente en Estados Unidos.

—¿Hola? —Escuchó la voz de su melliza del otro lado de la línea y el corazón le dolió porque la extrañaba. Skylar había sido la primera persona que había conocido, de hecho, fueron creados al mismo tiempo, siempre se habían trenido el uno al otro y ahora la había apartado como si no importara. —¿Hola? —Repitió y en el fondo de la llamada, Logan escuchaba quejidos de bebé. 

—Hola. —Con su respuesta cayó el silencio en la línea y Logan pudo imaginarse a su hermana revisando la llamada para asegurarse de quién era. —¿Cómo va todo? —¿En serio le preguntó eso?

Mientras esperaba que Skylar se recuperara, Logan dejó la bolsa de sangre a un lado y pensó que, si la iba a tirar, bien podía regresarla al hospital para que ayudara a alguien más.

Venom {Logan & Skylar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora