Trenton estiró los brazos hacia atrás y de su hombro brotó un fuerte sonido crocante que hizo sentir un poco mal a Skylar por lo fuerte que le estaba entrenando y eso le hizo pensar en si estaba cruzando la delicada línea entre ser una maestra dura y hacerle lo que le hicieron a ella.
—¿Ya puedo comer chocolate? —Preguntó Trenton con bastante ilusión.
—Si, cariño. Descansa un rato. —Y entonces Sky se dio cuenta de que era piadosa porque hacía un rato le había pedido que descansara, pero él se negó afirmando que podía dar más. —Hay leche en la lonchera y un poco de fruta.
Trenton le dio una sonrisa justo al tiempo que su pequeño estómago gruñó y corrió a una esquina del caudrilatero para abrir la lonchera que su tía le había preparado, descubriendo ahí un montón de tuppers que contenían perfectamente divididos y separados un sandwich de jamón, una galleta, una cajita de leche de fresa y como postre una barra de chocolate, en el fondo en efecto había un contenedor lleno de manzana verde picada, pero Trenton al sentarse con las piernas estiradas y la espalda contra la malla contenedora del cuadrilatero se olvidó de eso y empezó a devorar el chocolate.
Skylar vio a su sobrino político y descubrió sus pies descalsos, más exactamente las palmas de estos, las cuales estaban inmaculadas, así se dio cuenta de que no era tan mala porque a ella le habían dado una clase similar mucho más intensa y tuvo que pelear descalsa sobre esquirlas de vidrios cuando tenía la edad de Trenton.
Además, no había premios de comida al terminar, no había sandwich sin cortesa cortado en forma de dinosaurio, no había manzana cortada en forma de bolitas, no había cajitas de leche con un dragón feliz estampado en ella y mucho menos chocolate. Cuando ella terminaba sus clases, tenía que limpiarse con un trapo para no ensuciar el suelo de regreso al dormitorio y abstenerse de usar su antiséptico a la espera de que llegara algo peor.
Trenton dejó de lado el empaque del chocolate y mientras habría el tupper del sanswich vio a su tía con una expresión tímida.
—¿Lo hice bien hoy? —Preguntó antes de darle una morida al dinosaurio, arrancando su cabeza.
—Lo hiciste maravilloso, Trent. —Lo dijo con honestidad, a pesar de que, muy en el fondo, Skylar era consciente de que, con todo y alergias, taques de asma y demás debilidades, ella era más avanzada que Trenton en ese punto. —¿Cómo vas con tus clases de magia? —Prefirió pensar en eso para que no se le cruzara por la cabeza la idea de romper una botella de borubon y esparcir los vidrios por el suelo antes de la siguiente clase.
—Mamá dice que voy mejorando cada día, aunque me gustan más las clases de ciencias contigo. —Y le guiño un ojo, algo que Sky respondió.
A los ojos del mundo, después de la escuela Skylar recogía a Trenton y lo llevaba al gimnasio de Marcel para darle clases de ciencias debido a que su rendimiento en esa materia había bajado bastante y ella era enfermera graduada, así que nadie veía raro que ella le diera las clases. Claro que Marcel preguntó por qué en su gimnasio justo después de que él terminaba con sus vampiros, pero las notas del niño habían mejorado y nadie podía decir que ella fuera mala maestra.
—Estás más fuerte. —Afirmó Skylar viendo al pequeño que bebía su leche.
—Me siento más fuerte. —Corroboró Trenton mientras su tía lo detallaba.
Las calificaciones de Trent habían subido porque parte del trato era que debía mejor por sí mismo esa materia para que no los descubrieran, pero más allá de lo intelectual, estaba el hecho de que su cuerpo presentaba sutiles cambios que Skylar de verdad rezaba porque nadie notara. Debido a la cantidad de ejercicio que hacía a diario, las mejillas regordetas de Trenton habían desaparecido, su graciosa pancita infantíl se había reducido e incluso parecía mucho más alto de lo que era antes de iniciar, aunque podía ser realmente que solo era un niño de siete años prácticando ejercicio.
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Venom {Logan & Skylar}
Fanfiction◤Toda su vida, Logan ha tenido la misma misión: proteger a su hermana de todo mal. Siendo hermanos mellizos, la diferencia de edad eran solo cinco minutos, sin embargo, él era el mayor y siempre se creyó el más fuerte, además, las últimas palabras d...