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Dalila hablaba mucho y era risueña, sin embargo, no era ruidosa, siempre era recatada y encantadora tal y como Maya lo había sido en vida.

—Así que tu hermana vive en New Orleans con su esposo y sus sobrinos. —Repitió ella el resumen de lo que le contó Logan y él asintió mientras bebía un poco del vino que sabría mejor con unas gotas de sangre, pero aún no tenía la suficiente hambre para alimentarse. —Que interesante, ¿Te llevas bien con tu cuñado? Solo si puedo preguntar.

—Si. —Logan asintió y dejó su copa a un lado. —Tuvimos ciertos inconvenientes en una época, pero hace feliz a mi hermana y eso es lo que importa. Si no la hiciera feliz, ella misma lo echaría de una patada.

—Lo dices muy seguro, ¿Ella puede hacerlo?

—Mi hermana es la mujer más fuerte que conozco. —Y eso era cierto, pues las compañías femeninas de Logan jamás podrían compararse con su hermana, pues ella era de mármol tan solido que hacía que cualquiera pareciera del vidrio más débil, incluso él se sentía pequeño en varias ocasiones. —Mi hermana no le teme a nada.

—Y tú... —Hizo una pausa para beber un sorbo de su agua porque, según le dijo, ella no bebía alcohol ni refrescos. —¿Le temes a algo?

—No ahora. —Antes si tenía miedos, demasiados, pero los perdió todos debido a la época en la que se encontraba, en la cual parecía no sentir nada, ni siquiera amor por la familia que le quedaba. —¿Y tú?

—Arañas, no las tolero. 

—Ah... —La conversación si fluía, no era forzada, pero Logan no podía dejar de notar detalles en Dalila que le recordaban a Maya, detalles tontos, pero que para él significaban demasiado porque no los alabó cuando pudo: Dalila traía los ojos perfectamente delineados, tal y como Maya se los había delineado estando en vida, llevaba los labios cubiertos de brillo rosa y las mejillas un poco sonrojadas, ¿A caso compraban el maquillaje en la misma tienda? Era muy posible porque Maya usaba marcas internacionales. —¿Dónde compras tu maquillaje? —No se lo pudo callar.

—Oh... —Claramente, ella no se esperaba esa pregunta. —Se lo compro a mi vecina, la verdad no sé ella de donde lo traerá, pero es un poco viejo porque casi no lo uso. —Y avergonzada comenzó a jugar con las puntas de su cabello, pasando sobre ellas los dedos ¡Maya también hacía eso! —¿Se ve mal? No soy experta.

—¡No! No lo tomes por ese lado, es que... Me gusta el tono de las sombras y quería comprar unas para mi hermana. —Logan sabía mentir, era algo que había aprendido, el inconveniente es que sus mentiras debía premeditarlas para que fueran perfectas, no tenía mucho talento para improvisar. —¿Tienes familia?

—En teoría tengo una hermana. 

—¿Teoría? 

—¿Tú tienes familia más allá de tu hermana y tus sobrinos? —Le cambió el tema, pero en realidad no fue muy abrupta la forma en que lo hizo. 

Logan pensó su respuesta y tenía opciones, sin embargo, optó por la más cobarde: —No. 

No le avergonzaba ser padre, pero si le avergonzaba no ser capaz de criar al niño que hizo con tanto amor, porque, a pesar de que amaba a su hijo, no había podido estar ahí para él a sabiendas de que aún siendo un bebé también experimentaba el luto de perder a su madre.

Él en su momento se alegró de ser padre porque había elegido a la madre perfecta, ahora agradecía que la vida le hubiera dado una buena hermana para que fuera la tía perfecta de Ryan.

—¿Seguro? No suenas seguro. —Lo dijo como una broma mientras se escudaba en llenarse la boca de comida, la cual comía como si nunca hubiera probado bocado de tabbule, lo cual, en realidad, no era algo más allá de una ensalada acompañada de garbanzo molido. —Oh... —Suspiró cuando a sus labios llegó el garbanzo del hummus. Al darse cuenta de lo que hizo se sonrojó y bajó la cabeza. —No acostumbro a comer esto, lo siento.

Venom {Logan & Skylar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora