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Logan se encontraba empacando, pero la verdad era que no quería marcharse, solo sentía que era lo que debía hacer.

Y si se marchaba ¿Qué haría? ¿Seguir huyendo de su hermana la asesina? ¿Huír de abajo? ¿De Dalila? Y hablando de ella, su ropa estaba en los cajones de la habitación, lo que le recordaba no solo lo ciego que fue, también lo idiota.

—¿A dónde vas esta vez? —Hablando del diablo, ahí estaba el diablo, usando short de mezclilla, botas vaqueras y un sueter que le quedaba gigante por tal vez cuatro tallas, tanía en cabello arreglado en un moño bajo, con algunos mechones sueltos y el maquillaje era más detallado por el delineado; así, ya no tenía tanto parecido con Maya. —¿Wichita?

—No creo que debas estar aquí. —Declaró Logan, negándose a verla de nuevo, a pesar de que el parecido ahora le irritaba. —Mi hermana o su esposo te matarán.

—Estoy muerta de todas maneras, sin embargo, estoy haciendo acuerdos para tener libertad por el tiempo que me quede. —Sonaba tan tranquila, no como si estuviera esperando la muerte, de verdad parecía que no le afectaba en lo más mínimo lo que sucedía. —Contrario a lo que crees, me agradas, Logan, y desearía que las cosas hubieran sido diferentes, hubiera querido que me conocieras, pero yo ni siquiera sé quién soy.

—Aparentemente no te gustan los vestidos.

—No, eso lo supe desde que tuve que usarlos. Me siento más cómoda con esto. —Señaló su vestimenta nueva, solo para hacer enfásis. —Iré a teñirme de mi color natural al rato, pero antes quería hablar contigo... Darte algo, en realidad.

—¿Qué podrías tener que me interese?

—Depende de como tú lo veas, después de todo, ves el mundo de manera diferente a como yo la veo, o como la ve cualquiera. —Se refería a que no asumía sus culpas, eso lo sabían los dos. Dalila sacó de su bolsillo una pequeña memoria color plata y se acercó a Logan, que dio un paso hacia atrás para alejarse. —Escucha, entiendo que no confíes en mí, no tienes por qué hacerlo, pero deber ver lo que está ahí. Yo no tuve el valor para hacerlo hasta hace unas horas y descubrí mucho sobre tu hermana.

—¿Qué hay ahí? —Logan vio la memoria como si fuera verbena, es decír, algo venenoso. 

—Mira y tú decidirás si abres los ojos o qué. —Cansada, Dalila arrojó la memoria sobre la cama, dio media vuelta y se dirigió a la puerta, sin embargo, ahí se detuvo y volteó. —En serio hubiera querido que las cosas fueran diferentes, tal vez habríamos sido amigos de verdad.

—Es difícil ser amigo de alguien cuyo nombre no conoces, porque sé bien que no te llamas Dalila, eso si lo comprendo.

—Mi nombre es Melina. —Se presentó por primera vez y después se señaló la nariz. —Voy a romper esto porque quiero morir con mi nariz real, dejaré esa maldita dieta e iré a comer un delicioso gumbo, luego, ¿Quén sabe? Tal vez coma chocolate.

—Melina... —Dalila quedaba con la persona que había conocido y Dalila no existía, ahora, tenía ante él a Melina y, curiosamente, encajaba con todo lo que estaba viendo. —También lamento que haya sido así.

—Supongo que no había otra forma, ¿No crees?

—Tal vez no, pero, si la hubiera, ¿Actuarías diferente?

—Eso trato de hacer justo ahora. No sé cuanto tiempo tengo, pero me niego a gastarlo en esto. —La rubia se encogió de hombros y metió las manos en el gran bolsillo de su sueter. —Tal vez no volvamos a vernos.

—Es lo mejor.

—¿Eso crees?

—No lo sé.

Ella le dio una sonrisa, la cual ya no era tierna e inocente, era elocuente y fuerte, como si sonreír fuera realmente una tortura.

—Fue un placer conocerte, Logan. —Decretó ella.

—Fue un placer conocerte al fin, Melina. —Respondió él y eso era lo que ella necesitaba, porque solo entonces dio la vuelta y se marchó.

Logan vio la memoria sin saber qué hacer con ella, al final, hizo lo más obvio y decidió ver el contenido de esta.

Venom {Logan & Skylar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora