Alma de dragón [Hiccup Haddock]

Ha vuelto a suceder

NARRA HICCUP
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Ejercí fuertes órdenes a mis amigos y a mi gente sobre que deberían hacer en caso de algún ataque o imprevisto.

Con nuestro nuevo sistema para posibles incendios y Berk en manos de mi madre durante mi expedición para buscar a Claire, todo estaba más que bajo control.

Berk se había convertido en un gran archipiélago y su gente era realmente maravillosa, eran muy dedicados a su pueblo y a sus quehaceres.

Antes de partir definitivamente, debía hacer una parada por el pueblo de Helgar ya que Elsa incesablemente me había pedido que le lleve algo de ponche de Yack que había preparado Astrid tiempo atrás. Si soy sincero aún no puedo creer como le gustó esa bebida, era realmente asquerosa.

Al llegar todos me recibieron perfectamente, ya estaban acostumbrados a mi estadía y mis idas y venidas de un pueblo a otro.

-Reina Elsa, el Jefe Hiccup ya ha llegado- me presentó un guardia.

-¡Hiccup! ¡Hola!- me saludo esta y cuando llego hasta mi, me abrazo con una fuerza que nunca creí que tuviese. Algo incomodo me aparte suavemente.

-Hola Elsa- respondí seco.

Íbamos caminando hacia Chimuelo, mientras conversábamos algunas cosas triviales.

-Siempre me he preguntado cómo sería volar en un dragón- comentó al aire mientras suavemente jugaba con mi Furia Nocturna.

-Puedo mostrarte- respondí al descuido.

-No creo que esté hecha para ese tipo de cosas, tu sabes...eso de volar, no es lo mío- dijo segura.

-¿Como lo sabes? Ven, vamos a volar y si te cansas o te asustas, bajamos- insistí.

-No gracias Hiccup, en serio- en un segundo casi instintivo, la tome en mis brazos y la subí a Chimuelo. Mientras ella me suplicaba que la bajase a toda costa.

-No venir no era una opción Elsa-comenté -Chimuelo arriba- le exigí a mi dragón y rápidamente lo hizo.

Volábamos a la altura de las nubes, la peli blanca acariciaba con su mano aquellas gotas de agua condensadas, mientras yo solo miraba el horizonte en busca de Claire.

De pronto Chimuelo descendió al nivel del mar con toda su velocidad. La peli blanca, que se encontraba a mis espaldas, se asustó y abrazó fuertemente mi cintura con sus dos manos mientras escondía su cabeza contra mi hombro.

Su cercanía me incomodó pero no iba a decir absolutamente nada. Regañe a mi dragón a mis adentros por tal acción.

Elsa se soltó de mi y respiré, volábamos cerca del espejo azul que teníamos debajo, la vista era realmente maravillosa.

De pronto a mi acompañante le llamo la atención algo en el agua. Se inclinó hacia esta y se detuvo unos segundos a apreciarla.