18. Una gran pelea necesita al gran brujo de Brooklyn.

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Mis niñas...
La musica paro y todos se quedaron en silencio. Nadie se movió esperando a que los ruidos aumentaran. Y lo hicieron, pero arriba, escuche los llantos de las niñas, o se habían despertado por el ruido, o estaba pasando algo peor.
Instintavente, la mayoría corrieron a la sala de armas para equiparse, ente Izzy, Alec, Simon y Jace, incluida yo.
No me dio tiempo ni de cambiarme por el equipo, no era momento para eso, corrí hacia arriba tras otros cazadores de sombras. Pero algo me tomo por el brazo y me hizo detenerme.
-¿No te quedarás aquí si te lo pido cierto?-Me preguntó Jace. Ya sabia la respuesta.
-¿No me conoces demasiado bien como para saber la respuesta?
-Eso pensé.
Me tomo de la mano y ambos subimos arriba.
Cuando llegamos me quede hecha una piedra. Solo que de la cintura para abajo mis piernas eran gelatina. Habias mas de 200 demonios en el instituto. ¿Como entraron?. Deje los pensamientos a un lado y corrí hacia la habitación de las niñas, mientras pasaba vi a Alec usando su arco para matar a un demonio alado y con zarpas en sus propias alas.
A lado de el estaba Magnus con fuego azul en sus manos. Claro, desde el principio de los tiempos Magnus a estado con nosotros. Seguí corriendo pero un demonio Hidra se me puso enfrente, me miraba con odio, cuando me dispuse a atravesarlo con mi espada, me enterró una de sus garras en el brazo, el dolor fue instantáneo, pero el escozor vino después, Jem termino de matarlo y se me acerco.
-¿Clary estas bien?-Alzo mi brazo para revisarlo, su expresión no se veía para nada convencida.
-Jem, estoy bien.
Isabelle llegó en ese momento, su hermoso vestido dorado ya no era lo que antes ahora estaba rasgado y manchado de escozor de demonio y ahora se estaba manchando con mi sangre.
-Clary, esto no se ve nada bien, dejame hacerte un Iratze.
-Isabelle, no tengo tiempo... Mis niñas...
-Sera rápido.
Rápido no era suficiente para mi.
-Aguantare, no esta tan mal.-Ambas sabiamos que no era cierto, pero como quiera suspiro y me dio a entender que me cubriría las espaldas.
Busque con la mirada a Jace, entonces lo vi, el brillaba más que todos los ángeles juntos. Su cabello se veía más dorado que nunca, y sus ojos más que el oro, sus movimientos eran más ágiles que los de todos lo cazadores de sombras juntos, término de cortarle la cabeza a un demonio con dientes en lugar de ojos y me miro dedicándome una sonrisa. Pero si sonrisa desaprecio cuando notó mi herida, la cual estaba empeorando poco a poco, con la mirada le dije que no debía de preocupase, pero aún así su mirada no cambio, le insiste y antes de que me contestara, vio que si seguía así no ayudaría a acabar con los demonios así que sólo asintió ligeramente sin dejar de mirarme.
Seguí por mi camino hacia la habitación de las niñas, por mi camino había una enormidad de demonios:alados, con diez patas, con ojos en lugar de boca, con zarpas capaces de partirte por la mitad. Pero ellos no eran los que en realidad me preocupaban, me preocupaba mis niñas, y quien era capaz de mandar tantos demonios y aparte infiltrarlos en el instituto. Isabelle me cubría la espalda y de vez en cuando me salvaba de las garras de los demonios.
Cuando llegue a la habitación las llamas se estaban extendiendo hacia la de Jace y mia, cuando entre no pude creer lo que vi...
A ellas no...
Izzy había perdido la conciencia y estaba estaba en el suelo inerte...
Eran ellas o mi parabatai...

 Herederos de los ángeles •CDS• (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora