29- nuestra familia

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Lourdes entró exhausta a la casa y un poco triste. Después de poner las llaves en la mesa de la cocina se dio un momento para si misma, antes de subir las escaleras y despertar a las niñas para ir a la escuela.

Durante dos semanas lourdes había estado manteniendo a las niñas en la escuela, enseñando y pasando todas las noches con Martina

Martina le dijo suficientes veces que podía estar sola pero las marcas de sangre arrastradas desde la tienda invadían la mente de lourdes y comenzaría a entrar en pánico ante la idea de dejar sola a su novia

Llámala protectora pero necesitaba la tranquilidad de que Martina estaba bien. Necesitaba verla, sentir su tacto para recordarse a sí misma que ella estaba realmente viva

Limpiándose las lágrimas que ni siquiera sabía qje escapaban de sus ojos, Lourdes recogió sus emociones y las empujó hacia un lado, subió las escaleras para cuidar a sus dos chicas que la necesitaban en ese momento

Bianca se había vuelto algo retraída pero aterrada cuando se trataba de la chica rubia. Se culpaba a si misma, incluso si no lo hacía correctamente, decía que era su culpa, Martina casi había muerto. Cuando estaba con la rubia todo lo que quería hacer era ayudarla de alguna manera, para gran frustración de los adultos

Emily era otro asunto. Ella necesitaba constantemente de que lourdes y Martina regresaran cuando se fueran. Cuando estaba en la escuela le pedía a los maestros que la dejaran llamar al hospital, solo para saber si Martina todavía estaba viva. Cuando lourdes va a la tienda, emily esperaba tranquilamente junto a la puerta a que ella regresara

Sele y Mica intentaban convencerla de que mire televisión o incluso jugar con los niños pero emily no podía hacer ninguna de las dos cosas

Todos estaban tensos después del tiroteo y Lourdes apenas lo aguantaba. Tratando de ignorar los pensamientos que estaban presionando en su mente, lourdes tocó la puerta de Bianca y la abrió suavemente

Ella dormía abrazada a un oso de peluche gastado, lourdes reconoció algo de la joven adolescente y sonrio tristemente ante la imagen que tenía delante. Noto que la adolescente tenía el ceño fruncido mientras el sudor adornaba la frente cuando se dio cuenta de que la adolescente debía tener una pesadilla

-B, hora de levantarse- la ojiverde  susurro suavemente

Bianca se despertó asustada calmandose una vez que su mirada atrapó a lourdes sonriendole. La castaña se sento en la cama y suavemente aparto el sudoroso cabello de la adolescente -otra pesadilla B?- pregunto suavemente

Bianca asintio respirando pesadamente mientras intentaba recuperar el aliento. Se había despertado presa del pánico y necesitaba asegurarse de la realidad antes de que pudiera calmarse

-marti?- dijo bianca en pánico

-shh. Esta bien, la deje en el hospital. Esta bien y segura, lo prometo- dijo lourdes suavemente

Bianca cerró los ojos y asintio en comprensión. Ella exhalo un suspiro de alivio y se inclinó abrazandola -esto mejorará?- susurro

Lourdes inhalo el aroma de la adolescente y suspiro -creo que si. Todo lleva su tiempo B y Marti viene a casa hoy, aquí con nosotras. Debería ayudarnos a sentirnos un poco mejor- razono en voz baja

Bianca se echo hacia atrás cuando una sonrisa se formó en su rostro -marti vuelve a casa hoy?- pregunto emocionada

Lourdes asintio con una sonrisa -claro que si. La recogeré hoy después del trabajo-

-puedo ir?- solto bianca nerviosamente

-claro. Creo que un buen viaje familiar al hospital es exactamente lo que ordenó el medico- respondió con una sonrisa

-genial- dijo bianca

-entonces, que te parece si te preparas para la practica de la banda? Te prepararé un poco de desayuno y despertaré a emily- dijo lourdes

-suena bien. Gracias Luli- susurro bianca

Lourdes beso la cabeza de la adolescente -no hay problema

Al salir de la habitación, se dirigió a la habitación de emily y entró silenciosamente. Arrodillandose al lado de la cama de la niña, lourdes dejó caricias en su cara -es hora de levantarse em

Emily gruñó dando vuelvas lentamente mientras parpadeaba -es temprano- se quejo

-lo se pero tengo que preparar algunas cosas para marti, ella viene a casa hoy- respondió lourdes sonriendo

Los ojos de emily se iluminaron cuando se sento en la cama y sonrió -marti vuelve a casa?- pregunto emocionada

-claro que si. Cuando regrese del trabajo hoy, iremos a buscarla y la traeremos a casa- dijo lourdes ante la emoción en la cara de la niña

-¡bueno, vamos! ¡Hay que comenzar!- exclamo emily trepando de la cama haciendo reír a lourdes

La ojiverde fue a preparar el desayuno y mientras lo hacía pensaba en lo mucho que esta familia necesitaba a Martina en sus vidas. El alivio que las niñas sintieron al saber que ella regresaba a casa, reflejaba el de lourdes y tuvo que recordarse a si misma que saltar de arriba a abajo y gritar de alegría sería exagerado para alguien de su edad

...

Más tarde ese día, Lourdes Emily y Bianca llegaron al hospital y fueron directo a la habitación de Martina encontrándose a la rubia totalmente impaciente que saltaba de su cama para irse

Lourdes le dio algo de ropa -lista para salir de este lugar?-

Martina agarro la ropa mientras caminaba cojeando hacia la sala de descanso con muletas -no tienes idea

Las chicas se rieron de lo impaciente que era Martina mientras ella cerraba la puerta de la sala de descanso

Lourdes se inclinó hacia la puerta escuchando cualquier sonido de incomodidad. No podía oír nada y eso comenzó a preocuparla, así que justo cuando estaba a punto de hablarle por si necesitaba ayuda escucho -lu, te necesito

Abrió la puerta, entró al baño y vio a Martina totalmente frustrada sentada en la tapa del inodoro frunciendo el ceño -te necesite, escuche- dijo lourdes aguantando la risa y cerrando la puerta detrás de ella

Martina bufo -si

Lourdes se arrodillo para ayudar a la rubia a ponerse de pie -amor, necesito que te pongas de pie- dijo  cuando el pantalón ya estaba en sus pies

Ayudo a Martina a ponerse pie y su ingle quedó cerca del rostro de lourdes haciéndola sonrojar. Aclarando su garganta, Lourdes, jalaba el pantalón de Martina sobre sus caderas y se puso de pie

-déjame ayudarte a ponerte la remera- susurro lourdes hacia la aturdida rubia

Martina asintio y dejó que su novia le quitara la remera por la cabeza. La ojiverde vio la gasa que cubría el estómago de Martina y se estremeció al pensar en el dolor que debería haber sentido. Cuando levanto la vista, vio los simpáticos ojos marrones mirando su propio verde brillante

-estoy bien. Todo va a estar bien, regresare a casa y ahora todo estará bien. Lo superaremos- susurro Martina limpiando las lágrimas que se filtraba por la esquina de los ojos de Lourdes

-promesa?- suplico lourdes emocionalmente

Martina sonrió y beso su frente -promesa- susurro y la abrazo separándose a los segundos para poder mirarla a los ojos -vamos a casa, tenemos dos hijas afuera que nos están esperando

Lourdes sonrió y se inclinó para darle un beso en los labios -vamos a casa con nuestra familia- murmuró sobre los labios de la rubia







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Desde mi tumba || Martuli G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora