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— Así que, ¿Quién morirá? — Preguntó el supuesto Dios, y hasta donde yo estaba se podía escuchar la sonrisa altanera que seguramente tenía plasmada en la cara.

— Pues, a mi como que no me apetece. — Habló Zoro. — Y ____ y Chopper vienen en paquete conmigo así que... — Bromeó, y no pude evitar soltar una sonrisita tonta.

Sentí un codazo de parte de Nami, quién también rió levemente, antes de cambiar a una expresión seria de la nada.

— Sh, que estamos por morir. — Me susurró antes de hacer que mi cara también cambiara. — Un poco grosero de su parte sólo mencionarlos a ustedes, eh. — Bromeó de nuevo, solamente para aliviar un poco nuestra tensión.

Sonreí muy discretamente, mientras negaba con la cabeza.

— A Nami y a Robin tampoco dejo que les hagan nada, aclaro. — Comentó Zoro enseguida, casi como si hubiera logrado escuchar a Nami.

— Hm, yo tampoco pienso en morir hoy. — Dijo otra voz.

— Yo menos. — Esa la reconocí: Era el guerrero.

Sonreí un poco más calmada. Todos eran fuertes. Seguramente tendrían alguna clase de ventaja sobre Enel, ¿no? Si todos lo atacaban...

Sentía que todos pensábamos lo mismo en ese momento: "Que Enel muera es la solución." Y... de alguna forma ese pensamiento era reconfortante.

Hasta, claro, que el dios comenzó a reír. Era una carcajada tan... arrogante pero verdadera. Como la de una persona que sabe que no puede ser derrotada, y ha dejado de disfrutar las batallas para pasar a disfrutar únicamente la agonía de sus contrincantes. Encajaba con su personaje.

— ¡Interesante respuesta! Triste que... no entienden que son solamente humanos peleando contra Dios. — Continuó riendo.

Y, sólo continuamos escuchando el monólogo de Enel, quien estaba tan seguro de si mismo que incluso recurrió a explicar sus motivos. Al parecer, quería regresar a "El Tievar Infinito" siendo "Tievar" el término que le dan los lugareños a lo que nosotros conocemos como "Tierra", y este lugar del que hablaba, parecía ser un mundo plano e infinito.

Sinceramente, no lograba entender su propósito, pero para él eso sólo nos hacía aún más insignificantes.

— Sólo soy un Dios, y un Dios debe acatar a la naturaleza. Es por eso que, bueno, ¡Haré que la humanidad que habita sobre el cielo regrese al lugar que pertenece! — Exclamó emocionado.

A primera vista, sonaba lógico: Los humanos son seres de la tierra, no del cielo. Pero... los únicos humanos restantes aquí éramos la tripulación. Aquellos que en algún momento fueron humanos en esta tierra sagrada, habían evolucionado para adaptarse al nuevo ambiente. Se parecían a nosotros, pero habían crecido alas y probablemente una que otra adaptación más se escondía en ellos. ¿Podían seguir siendo clasificados como humanos?

Peor aún: Para regresarnos con el resto de la tierra... había que hacer lo opuesto a lo que hicimos para llegar. Sólo había un método, y no nos gustaba para nada.

Pudieran o no sobrevivir los lugareños al cambio de presión, si había algo definitivo era... no, ninguno de nosotros sobreviviríamos a la caída hasta el resto de la tierra.

No era regresar a lo natural, era simplemente eliminar al país.

— ¡Entiende que no eres un Dios real! ¡Es sólo un título! — Gritó el caballero del cielo.

— Era sólo un título... Era. Hasta ahora, claro. ¿No es así, antiguo Dios, Gan Fall? — Pude sentir una sonrisa burlona en el tono del Dios.

Sonrisas. ¦¦ Zoro Y Tú ¦¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora