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*** (___) ***

Sostenía el rostro de Zoro con una de mis manos, observando casi hipnotizada una nueva faceta de él donde parecía por fin bajar por completo sus defensas.

No es que no supiera que actuaba diferente conmigo. Intercambiábamos uno que otro insulto, sí, pero era todo con cariño. A pesar que es así de sarcástico y grosero con otros, para este punto estaba consciente de lo suave que se comportaba en mi presencia, sobre todo cuando sólo éramos nosotros dos, casi como un pequeño favoritismo.

Este momento era diferente. Su cariño no era algo que supusiera en este momento. No. Era casi palpable. Sentía su piel arder, y era notorio cómo su respiración parecía un poco descontrolada, pero a la vez tan profunda. Era... dócil. Completamente dócil ante mi tacto.

Tenía razón, se veía vulnerable. Y era más que notable ver lo poco que le gustaba esa sensación.

Pero era sólo para mi.

— Me gustas.

— ¿Huh? — Murmuró él, abriendo levemente los ojos.

La sorpresa y la sangre invadió mi rostro al darme cuenta de qué era lo que había salido de mi boca tan repentinamente, y me separé de inmediato, buscando poner cuando menos unos centímetros entre nosotros para que no se malentendiera la situación. Aunque no había nada que malentender, a decir verdad, había sido clara y honesta, a pesar de que esa no fuera completamente mi voluntad.

Lo había pensado varias veces, sí. Pero muy, muy en el fondo de mi mente. Lo más poco posible. Sé cómo es Zoro, sé que no se le da mucho ese aspecto. No quería perder lo que teníamos, pero al mismo tiempo... Dios, quiero besarlo tanto.

¿Por qué era más fácil pensar en momentos así cuando estaba cerca a la muerte? Aquí, en la tranquilidad de la playa, deseaba que me tragara la arena.

— Lo lamento, lo dije sin pensar, sólo olvídalo. ¿Qué decías? — Intenté cambiar el tema, fallando absolutamente.

— ¿Lo dijiste sin pensar? — Repitió él para sí mismo, casi riendo con incredulidad. — Yo me estoy partiendo la cabeza desde hace tiempo pensando en cómo decirlo.

— ¿Ah? — Susurré al escuchar lo que intentaba murmurar.

Él alzó la vista con determinación, atrapando ambas de mis manos en un movimiento limpio y rápido, como aquellos que soltaba cuando estaba concentrado en la adrenalina de una batalla. Esa clase de movimientos que hace de pronto que logran que sienta una corriente eléctrica recorrerme de pies a cabeza.

Podía sentir el rubor haciéndose presente en mis mejillas mientras esperaba a que él explicara qué era lo que estaba pasado.

— Me gustas. — Soltó él, haciendo que mi rubor se intensificara. — Huh, lo dije. — Murmuró, antes de soltar una leve carcajada mientras llevaba sus manos a mis mejillas, atrapando mi rostro. — ____, me gustas. Me gustas mucho. Me gustas. — Repitió, mostrando un poco más de su sonrisa cada que una nueva palabra salía de su boca.

Abrí los ojos más de la cuenta al verlo. Parecía orgulloso de su mismo. Mi corazón revoloteaba dentro de mi, y sentía que en cualquier momento iba a explotar.

— ¿De... De verdad? — Fue lo único que atiné a balbucear, mi cerebro luchando por lo hacer un corto circuito.

El comenzó a calmarse un poco, regresando a su estado sereno, aunque podía sentir un poco de temblor en las manos que mantenía sobre mi rostro.

Sonrisas. ¦¦ Zoro Y Tú ¦¦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora